Mirádme bien…
soy ese cúmulo de soledades
cuya tristeza arrojáis cada día
al basurero de vuestras hoquedades,
el frío caminar de los pies desnudos
y los harapos de vuestra privación.
Tengo un corazón hecho a pedazos
de tintes incoloros…
de cierzos ventosos abatiendo
la imposible sonrisa de mi infancia
con la infame salvación de los neutrales
despertándome un hambre de caricias.
Mirádme bien…
mi sueño no tiene grandezas
de ilusiones amando la existencia.
Mi sueño es sólo un cerrar de ojos
para morir cada día en los caminos
saltando cercas para no ser alcanzado
por los dardos de vuestras punzantes codicias.
Civilización llamáis
a vuestras puertas canceladas…
y en los umbrales siempre quedo yo
imaginando que abrís una rendija a la conciencia.
Mirádme bien…
sólo tengo un espacio ya vacío
de tanto mendigar amores
posibles únicamente en mi memoria.
Mirádme bien porque hoy
voy a seguir muriendo un poco más.
No miréis los ojos de mi rostro…
no hallaréis en ellos nada más
que un mudo silencio entregado
a la fría noche de la ciudad
a la que llamáis convivencia.
Sé que sólo es una mentira
inventada por conciencias ajenas
a mi frío…
a mi hambre…
a mi soledad…
Diesel,
me ha gustado mucho este bello poema!!
Felicidades por esta inspiración tan única.
Saludos
Saludos Laura. Gracias por compartir ideas. Tu comentario siempre ayuda a seguir.