Por fin estaba conmigo, despues de lo que pasó, después de lo que hablamos. Por fin sus labios serían solo míos, por fin su sonrisa se la provocaba yo. Se recostó en mi pecho y la abracé. La abracé y pude oler su aroma, pude acariciar su mejilla, delicada y tersa. Estuvimos así largo tiempo, no me importaba nada, a nuestro alrededor todo continuaba inadvertido, mas ese abrazo lo grabé en mi piel.
El viento jugaba, la risa de la gente continuaba a lo lejos, el mesero de lado a lado se desplazaba apurado, el cigarro de otros se desvanecía en el aire, las bebidas se acababan y ella aun reposaba en mis brazos.
Un beso en la frente, un suspiro, sus ojos cerrados, su respiración cálida, su oreja sobre mi corazón, el hielo se derretía, mi bebida se calentaba… pero ella está en mis brazos y yo en los de ella, sus labios, cerrados y femeninos, los míos en susurros dejan escapar dos palabras… “Te amo”
Que gran momento intenso en el que efectivamente pareciera detenerse el tiempo. Todo moviéndose en torno a un sentimiento, a un silencio apaciguado perdido entre la suave calidez de la piel.Que bello es oír entre sueños…Te amo.
!Te felicito, Hacaria!. Expones una deliciosa sensación de memoria en donde el sentido amoroso llena de tersura el espacio de su lectura. !Felicitaciones!.
un abraso nunca es simple ypero siempre es mas importante cuando lo hacemos con esa persona que nos hace enrojeser que nos mantiene con una sonrisa idiota un dia cruel que hace sonreir y latir nuestro corazon