No mires las paredes
que gritan esperpentos
de pasados ensordecidos
de vidas e historias pasadas.
No mires las paredes
que lloran tiempos perdidos
de desganas entre llantos
de ganas entre las risas…
No mires las paredes
que fueron testigos mudos
de tus brazos, de tus besos
de mis besos, de mis miedos…
No mires las paredes
que no tienen la repuesta
de tus ansias, de las mías
de tu vida, de la mía…
No mires las paredes
que no te van a decir
lo que debes, lo que quieres
lo que puedes y no debes
en este tiempo sentir…
Las paredes no podrán decirle nada de lo que verdaderamente sientes, Namari.
La verdad está en tus ojos.
Un poema muy bello, cargado de sentimiento y angustia.
Un saludo.