No pararán a la Eternidad quienes piensan que pueden hacerlo… porque Dios es tan enormemente superior a todos ellos que hasta las hormigas de los jardines de una sencilla aldea son mucho más importantes que sus moribundas presencias en esa clase de “sinvida” en que, ya sin alma, colapsan su corazón con el odio y la traición. Jamás pararán a la Eternidad.