Noche profunda en las honduras del corazón. Más allá del límite de lo imposible enhebramos nuestros sentimientos en el congénito lugar de las milagrosas Transformaciones. Tú y yo somos dos seres humanos. Tú eres la belleza hecha mujer. Yo soy el hombre que mece tus ideas en el almario de mi corazón. Entre tu belleza y mi lapicero de dibujar ideas surge el Tiempo. Sí. El Tiempo de sentirnos el uno dentro del otro. Y formar una sola epopeya romántica en este mundo sangrante…
Noche profunda en las honduras del corazón. Más allá de tus ojos está el paraíso de las flores; esas flores que, día tras día, te regalo después de haber faenado horas enteras ante las teclas de la fiel computadora que parece latir bajo mis dedos…
Noche profunda en las honduras del corazón. Más allá del límite de tu cuerpo escultural sólo el viento ligero mece mis sentires entre tu suspiro y el leve volar de un gorrión transportador de mis fantasías…
Noche profunda en las honduras del corazón. Más allá de ti sólo existe el infinito. Y en ese infinito está presente siempre tu beso entre mis sueños.