Noelia nos presentó hace días a Gastón de Bachelard con una invitación a leer su excelente libro titulado La Poética del Espacio. Este erudito francés (1884-1962) es un caso excepcional en el mundo de la cultura occidental. Epistemólogo lo llama nuestra querida amiga voremista Noelia y es verdad que lo fue porque este hombre, que comenzó siendo vendedor de periódicos y tabaco en las calles parisinas, llegó a ser un verdadero erudito en el arte de los estudios críticos del desarrollo, los métodos y los resultados de muy diversas ciencias.
Noelia nos da la pauta cuando afirma que “en la Poética del Espacio, Bachelard se centra en el espacio interior y el exterior, en la complementaridad, en la transformación, en lo simbólico, en lo que supone descubrir… en los espacios”. Y lo relaciona con el diálogo del teatrillo virtual que presenté en Vorem entre Siglo y Segundo. Gracias por la comparación, compañera, entiendo que “lo de dentro espacial” es “el segundo temporal” y “lo de afuera espacial” es “el siglo temporal”. Se puede entender así dentro del contexto de una dialéctica “blacherdiana”… en el sentido de que él veía más allá de lo metafísico. Veía el Sí y el No que lo deciden todo.
Para Bachelard la especificación del tiempo, lo abierto y lo cerrado que tiene el tiempo a la vez, “lo secundario y lo secular” del Tiempo Humano es similar a la frase que dejó entrever Pierre-Jean Jouve (otro poeta y novelista francés contemporáneo de Bachelard) y que dice así: “estamos donde no estamos”. De acuerdo, Estamos en un siglo en el que ya no estamos y estamos en un segundo en el que ya no estamos: porque todo paso de tiempo es más fondo que forma. El más acá de la poética espacial (el segundo temporal) y el más allá de la poética espacial (el siglo temporal) es en Bachelard una dialéctica entre lo de dentro (Segundo) y lo de afuera (Siglo).
¡No más fronteras mentales! gritaba en su día Jean Tardeau (otro poeta y dramaturgo francés de la época de Bachelard) porque es la profundidad de los humanos lo que hace que haya pasión por la inmensidad de lo poético. Afuera está la inmensidad infinita, adentro nos queda la infinitud de lo inmenso., ¿Dos caras de una misma moneda?. Yo diría que más bien son don formas de ver la misma cara. Como también es cierto que a veces vemos lo que no vemos…
En la Poética del Espacio (recomiendo yo leerlo y releerlo con gran placer) la imagen desarrolla inmensidades, interpretaciones figurativas de un “hacerse a sí mismo”. Así podemos conquistar lo propio, lo íntimo, lo único. Así quise yo también intentar trasponer el diálogo entre Siglo y Segundo: como una percepción poética no en este caso del Espacio sino del Tiempo.
Y entonces no puedo por menos que nombrar otro maravilloso libro de Bachelard, continuación de la Poética del Espacio y titulado la Poética de la Ensoñación, en el cual toda su conquista literaria adquiere una fluidez y una libertad verdaderamente proteicas.
Bachelar es, a la vez, “psicólogo y poeta, amoroso y muy cuidadoso descifrador de imágenes, fenomenólogo capaz de leer en versos, novelas, poemas e himnos las cifras condensadas de nuestra condición imaginativa”. No son mías estas últimas palabras entrecomilladas . No las digo yo. Las dicen los críticos literarios de la obra de Bachelard en cuanto a su libro Poética de la Ensoñación.
Y estoy de acuerdo porque la Poética de la Ensoñación es una inspiración intelectual bachelardiana que llena siempre las sensibilidades de quienes lo leen. Es, además, una visión sorprendente de la ensoñación humana. Si retrotraigo mi teatrillo del diálogo entre Siglo y Segundo a ella, lo caracterizaría como territorio de los inasible pero siempre eternal en el fondo del alma humana.
La imaginación es, para Bachelard, una dispersión llena de meandros, de nuevos y siempre continuos derroteros cada segundo que van acumulando los siglos de las inspiraciones humanas. Quizás por eso a Noelia le guste tanto la obra de Gastón de Bachelard. A mí, por supuesto, también. Y estoy seguro de que a quienes quieran leerle y tengan ocasión de hacerlo.
Saludos Diesel:
La vigencia de Bachelard es hoy una auténtica necesidad. Este presente ya fue soñado o ensoñado por su inmensidad acuática. Una cita excepcional que interesará a muchos, lo sé porque tú ya predispones a realizar esta búsqueda. Gracias.
Muchas gracias Diesel. Al leer tu texto, en el que dices que yo decía que era epistemólogo, pensé que le había puesto más calificativos, asi que al mirar el texto ví que una parte no la había copiado, en fin…, jajajajajajja, creo que alguna de mis neuronas se ha ido de vacaciones, jajajajaja, ¡espero que vuelva!
Pues sí, he vuelto a releer tu texto de Siglo y Segundo y me despierta muchas de las emociones y pensamientos que he visto en Gastón de Bachelard. Me gusta eso de ver la misma cara de dos formas. Como tu dices a veces vemos lo que no vemos, pero creo también que a veces no vemos lo que vemos…
A mi me gusta especialmente también La Intuición del Instante, tan sugerente a lo largo del texto como el título en sí mismo.
A seguir compartiendo, muchas gracias Diesel por tu generosidad. Un abrazo