Don Miguel de Cervantes Saavedra es uno de los más grandes genios que exiten en la Literatura Universal y, como era un verdadero genio, resulta que tenía una gran cantidad de enemigos envidiosos de su inteligencia y de su éxito que no hacían más que insultarle. Pero Don Miguel de Cervantes Saavedra era mucho más inteligente que todos ellos juntos y, como era valiente y decidido y se enfrentaba cara a cara contra toda es pléyade de cobardes y mentirosos, se le ocurrió la genial idea de llamarles a todos ellos perros pero de manera sutil aunque directa.
Para ello utilizó el personaje de Don Qujote de La Mancha (que era el mismísimo Cervantes) para dejar escrito: ¡Nos ladran Sancho!, señal de que avanzamos. (Esta frase aparece en un diálogo de la película El Quijote de Orson Wells.). Con ello, Don Miguel de Cervantes llamó, de manera muy interesante y genial, perros a todos los envidiosos que le insultaban y, de paso, dejó la genial frase para la Enclopedia Mundial de las Frases más ingeniosas que se han escrito. A sus detractroes envidiosos sólo les quedó bajar la cabeza, guardar silencio y tragarse el insulto sin poder denunciarle porque lo había puesto en boca de su más querido personaje: El Ingeniero hidalgo Don Quijote de La Mancha, que era tan lúcido y lucido en en sus expresiones que, en verdad, era el mismísmo Don Miguel de Cervantes Saavedra hablando a través de él.
2 comentarios sobre “Nos ladran Sancho…”
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Fe de Erratas: donde he escrito “!Nos ladran, Sancho!, señal de que avanzamos” he querido escribir: “Nos ladran, Sancho, luego es señal de que caminamos!” y donde he escrito “El Ingeniero hidalgo Don Quijote de La Mancha” he querido escribir “El Ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha”. Hago estas aclaraciones para pedir disculpas por dos errores producidos por la velocidad con la que escribo.
Somos verdaderos cuando somos capaces de que nos ladren los perros por los caminos. Somos tan verdaderos como lo fueron Don Quijote y Sancho Panza. A Don Miguel de Cervantes también le insultaron porque tenían envidia de él. Y sin embargo es uno de los más grandes del Universo Literario. Lucidez y lucimiento. Dos ingredientes para hacer callar para siempre a todos los envidiosos.