La brisa fue acunando sus palabras
que lentamente al cielo ascendían,
en la voz del poeta luz y ámbar
cuajaron el ambiente de armonías.
El entorno hierático y cruento
fue pedestal del orador sincero,
moduló sus palabras en el viento,
sacudió de emoción al forastero.
La oración fue una queja plañidera,
el idioma aymará se esparció suave
en la voz varonil de ese poeta.
Fue un instante de magia en la montaña,
hechizó de poderes ancestrales
y envolvió fuertemente a nuestras almas.
!Lindo poema, Bertalis!. Una oración de magia anímica para convertir la vida en un sinfín de sentires. Un beso, Bertalis. Eres muy buena poetisa.