Todos nos juntamos donde siempre.
Sabíamos que no vendrías.
Nada paso; no te preocupes.
Tampoco voy a preguntarte cómo estás,
porque ya no estás.
Me dijiste una vez que heredaste el ser egoísta,
que todo lo que ofrecieron fue pelear contra la mierda,
abandonar las buenas razones y ser un paria.
Elegiste. Para mí eras alguien especial.
Sé que odiabas que alguien te ofreciera su consejo,
que pensaran de ti que aún eras recuperable para la vida,
y sobre todo ¡lo injusto que fue elq ue nacieras!
Ahora ya has acortado tu distancia obligada con el rompeolas.
Formas parte de la espuma.
Eres pleamar o bajamar.
Si leyeras esto dirias que es una mariconada;
que uno se va y sigue la vida.
Quizá nunca te detuviste a pensar en nadie
porque te daba miedo poder sentir algo.
Duro como el cuero. Eras el vaquero del
barrio; el Jarry el Sucio que resolvía su vida
con toda la piedad que los sabios reconocen
en quienes han abandonado este universo.