La famosa cantante Barbra Streissand tiene una canción que se titula “Papa, can you hear me? (Papá, ¿puedes oírme?) en la que canta a su padre (ya muerto) instentando que éste le dé consejos y dirección delante de una situación difícil de su vida.
Mi padre ya murió hace años. Pero yo necesito también cantar la misma canción de Barbra Streissan. Por favor papá ¿puedes oírme?. Quiero decirt que tu hijo “sandwich”, el que tiene siempre la sonrisa bohemia que tanto te gusta a ti, el que quiso narrarte miles de historias vividas en lugares muy lejanos y desconocidos por ti, el que se sentaba a tu lado para escucharte hablar de cosas fundamentales que nunca jamás he olvidado, el que compartía la bota de vino contigo, el que, en definitiva, ante tu tumba juró que siempre sería un hombre sencillo a la vez que sincero y honesto para decir siempre su verdad o guardar silencio…pero que jamás sería un mentiroso ni ante las gentes de este planeta ni ante sí mismo.
Pues bien, papá, soy muy feliz y sé que me estás escuchando y por eso quiero decirte que estoy aquí, en medio de las patrias humanas, caminando… caminnado… siempre caminando sin parar y siguiendo los consejos que tú me diste. Siempre supiste (desde que yo era un niño muy pequeño y te dije que quería ser torero per inmediatmaente corregí y te conté que lo único que yo deseaba ser de todos corazón era un poeta para sembrar gorriones por los caminos de la Tierra, ñas olas del mar y las nubes del cielo) que tu hijo “sandwich” sería un perpetuo caminante a lo Machado. Tú lo sabías todo sobre tus cinco hijos y por eso siempre consolabas a mamá cuando ella lloraba por el hecho de que su hijo “sandwich” se iba continuamente muy lejos… muy lejos… ya que tú sabías que yo nunca me quedaba sentado en los cómodos sofás de la casa (junto con el resto de mis hermanos) y me iba siempre más allá… siempre más allá… porque sabías que Diesel había nacido bohemio, marinero de la alta mar, poeta de las estrellas cuyo único deseo era viajar por el Universo.
Si, papá, sé que tú me estás escuchando desde alguna de esas estrellas que tanto contemplo en mis silencios de las noches vividas bajo el cielo azul. Papá: sigo caminando sin cansancio alguno con mi ligera mochila a la espalda, con mi feliz guitarra bajo el brazo, sembrando gorriones grises que hablan de amor y de paz junto a mi fiel compañera la Gaviota Roja, que es la que marca los rumbos a seguir, la que ama mis poemas, la que es timón libre de mi humilde barca que sólo tiene una vela llamada Libertad y la que me dio dos hermosas princesitas a las que amo tanto que, por ellas, sigo abriendo caminos pacifistas para que ellas mismas los recorran cuando les llegue la hora.
Tú, papá, sabes que estoy aquí. Que la Gaviota Roja me alimenta… y estoy seguro de que me estás escuchando y que estás viendo que tu hijo “sandwich”, el rebelde de las causas justas, sigue creando diariamente su futuro y caminando fielmente hacia su Destino.
Adiós papá. Hasta mañana. Quiero que sepas que sigo siendo, solamente, el Niño del Puente que está sentado en el pretil viendo las aguas del río pasar. Un beso.