A veces desearía no haber iniciado tu camino porque caminar siempre a tu lado, indómito deseo de necesidad en este mundo de sombras, es hundirse en las preguntas de si alguna vez podemos encontrar esa luz que buscamos como respuesta a la interrogante de ¿para qué sirve el caminar?. Sin embargo, cuando me hago esa pregunta sólo actúo levantándome del sitio donde estoy temporalmente anclado y me voy, una vez más, a tu lado, inquietud de preguntarse siempre sorpresas más allá de los horizontes, por ver qué hay allí. Y siempre hay un más allá, una nueva razón para caminar sin razonamiento concreto, hasta el último de nuestros viajes. ¿Para qué sirve el caminar?.
Quizás no sea tan importante el “para qué” sino más bien el “por qué”. ¿Por qué hay personas que caminamos desde siempre sin dejar nunca de ansiar nuevos horizontes?. Hay seres humanos que no se interrogan esas preguntas y se conforman con un solo horizonte. Sin embargo, hay otros muchos seres humanos que nos interrogamos continuamente y enotnces necesitamos ir hacia ellos, hacia esos horizontes donde buscamos las respuestas que nunca son completas del todo. Porque siempre queda una interrogante latiendo en nuestros espíritus. ¿Por qué caminamos siempre?. Porque algunos hemos nacido para no responder con razones absolutas y nuestro espíritu necesita entonces especificar nuestra individualidad dentro del conjunto de los caminantes.
Hacemos camino al andar y, en todos esos largos trayectos de años acumulados en el equipaje, siempre andamos con la necesidad de universalizarnos más allá de las preguntas del “para qué” y del “por qué”. Simplemente caminamos porque hemos nacido para eso, porque forma parte de nuestro futuro; porque nunca somos pasado ni presente sino mañana… y hay que estar allí, en esos horizontes que nunca se terminan y que nos definen como cosmos inexplorados por más que nos descubramos cada día nuevas interrogantes.
¿Para qué sirve el caminar? Vaya… pensaba contestarte antes de leer el texto pero su respuesta me satisface, no se si más que la mia propia pero si lo bastante… siempre hay una razón, supongo, algo que le de sentido a todo aunque la mayoria de la gente no sabe que es lo que le mueve. Y lo más típico, conocer el amor y pensar que es la razón que nos hace seguir dando pasos… no creo que haya ninguna razón en concreto, y todo forma parte de algo muy abstracto: un olor, un sabor, una idea… todo es placer.