Cierro los ojos para ver crecer
al niño inmemorial que hay en mi conciencia.
Un estremecimiento de pájaros continuos
explicando el pasar de los tiempos.
Hay una radiosa claridad ingenua
que ignora a la muerte y la maldad.
Aún me quedan las horas de la infancia
en este ver el ayer como encendido
aire total ajeno a la tristeza
y un delicioso caminar hacia el mañana.
He retrasado el reloj de todos mis tiempos
para hacer una libertad de la acequia
por donde discurre mi sangre primitiva.
Huele a vegetal mojado mi infancia tierna
y a fruta de tierra amanecida siempre
en el nativo paisaje del mundo inspirado
bajo un sol que asume la claridad del dia.
Hoy sobrevuelo lo que el pájaro descubre
en aquella infancia como germen de luz
y aquel soplo de aliento que me convive.
Soy infancia libre para ver crecer los tiempos.
No dejes nunca de ser niño.
La vida se ve y se vive desde otra perspectiva más sana.
Un beso
Seguiré siendo siempre un niño que creció. Otro beso pra ti.