En la oscuridad del pasillo de mi cerrazón
Busco a tientas una abertura
Para que emane la luz
Esa luz que no luce por fuera
Llama ardiente de esperanza al llanto
Llama de fuerza
Gran arrebatadora
Ni lloro, ni río, ni existo
Con lagrimas y carcajadas lo escribo
Un cadáver putrefacto con un bolígrafo
Intenta calentar , calentar, calentar
Calentar ¿El qué?
Si ya dejé de existir allá.
Hay una luz interna que nos ilumina el interior de los pensamientos y es eso lo que te guía en el profundo verso que èxpones más allá de cualquier estructura. Es capostraniano y a la vez ardiente… por eso tiene un valor sin dimensiones… Unbeso, Alexis.