Pequeña muerte

Suena Sabina de fondo mientras me mira cual primer amor, sin saber yo si era por dejarse llevar o por simple interés. El “me encantas” sustituye al “te quiero”, pero suena más auténtico, más liberador, y contenta más, sin dejar preguntas en el aire.
El instinto le quita sitio a la reflexión. Todo se desvanece menos nosotros, que emigramos hasta más allá del último paralelo. Porque podemos. Porque sin reproches es más fácil. Porque necesito que esté conmigo en nuestro enésimo encuentro, pero no a la vuelta. Porque no echará en falta mi mano una vez en casa.
No compartimos más que la pasión por la pasión.
Nunca un desinterés fue tan interesante. Nunca habíamos gastado tanto tiempo en algo inviable. Y sin embargo, todo tiene sentido. Estamos en el lugar y momento adecuados. Así debe ser. Nos abrazamos mientras oímos al poeta recitar sobre amantes sin remedio y jugamos al amor bohemio. Sin necesidad de recalcarlo, ya es brutal por sí solo, nos entregamos en un entendimiento devastador, como si los movimientos fueran ensayados, calculados al milímetro. Me proporciona pequeñas muertes de las que renazco con la piel erizada y una sonrisa. Sus manos inquietas siempre me encuentran.


No sé nada de él, pero lo sé todo.
No temo perderle porque no lo tengo, ni me tiene. No es importante. No cambiará mi vida en ningún aspecto. Yo nunca entraré en la suya. No conoceré a aquel que los otros conocen, el que intenta ser mejor para merecer ser amado. Conozco al cansado de esconderse que se quedó a mi lado cómodamente descubierto.
Un beso de despedida. De recuerdo, una sensación de paz, qué mejor souvenir.
Lunes. A la luz del sol, lejos uno del otro pensamos en nuestras cosas. Queda una hora eterna para llegar a la facultad. Con la mochila de almohada amortiguo como puedo los zarandeos del autobús. La radio va fatal, pero reconozco un sonido familiar.
…esta vez yo quería quererla querer y ella no…
Pequeña muerte. Se me eriza la piel y la sonrisa me invade la cara.
Una vez más habíamos burlado al sufrimiento. Para qué, si ya sufría Sabina por nosotros. Y por todos.
La próxima vez ya veremos.

3 comentarios sobre “Pequeña muerte”

  1. Me gustó mucho. La nostalgia de esas noches en las que todo parece escrito como una canción, en las que se descubre el animal que somos, que no miente porque no tiene interés, que ama…

  2. hola,creo que he vivido algo muy igual a ti pero siempre llego a la misma conclusion,me paso hace poco pero a la inversa..todo con su tiempo tiene una explicacion con el tiempo…me encanto tu texto de veras creia que nadie le paso como ami.

  3. Me quedo con eso de “todo se desvanece menos nosotros”. Me llega un mensaje vital, de disfrutar de cada instante al máximo, sin adornos y con autenticidad, como tu dices: es brutal por sí solo. En tu texto no veo pequeña muerte, veo un paso en el camino lleno de vida. Un abrazo

Deja una respuesta