Paulino estaba doblemente eufórico por dos motivos. Anoche era un menor de edad; y aquella mañana temprano cumplia la mayoria de edad. Y por otro lado ese mismo Sabado, había invitado a Sonia su novia, a comer allí en casa. El estaba solo y aprovechaba la ocasión. Todo eran alegrias y más alegrias…
Parecia el hombre más feliz del mundo.¡¡Tarari tararáa!!
Paulino entra en la cocina ¡¡Tarari taraa ta ta ta!!
¡¡Yupii!!
De repente el mundo se le viene encima: ¡¡El horno no funciona!!
Sonia podia llegar en poco tiempo. Y el horno no funciona.
Paulino estaba nervioso, sus piernas temblaban. Los canturreos no salian.
Ella podia llegar de un momento a otro…

El horno no funciona…
Sonia ya está ahí. Y el horno sin funcionar…
“¿Que sucede cariño?
Ella era un chica muy sencilla y sincera, muy natural
¡Sonia, el horno no me funciona! ¡Bueno y que pasa con eso…!

… ¡No puedo hacerme empanadas mentales…!
Sonia tomó a Paulino de las manos… y dijo:
… Conmigo no las necesitas…