Habian pasado como un par de horas, y Jeremias todavía no había llegado a su casa, allí en el pueblo de toda la vida. La casa estaba protegida por un aroma a leña quemada y casa acogedora.
Su hermano Ezequiel, confiaba plenamente en su hermano Jeremias. En realidad ambos conocian y sobre todo respetaban el medio en el que vivían. Toda la zona la tenian explorada.
Estando la mañana en sus comienzos, sus amaneceres fueron insultados y la tranquilidad saqueada por unos disparos, allí en la lejanía de un horizonte que se esconde entre arboles y faldas montañosas.
Ràpidamente supieron que algún cazador furtivo estaba jugando a ese terrible juego de “mamá mira que hago”, esta vez la diana era alguna inocente criatura, que creia en esa ley que dice ” dejad que la tierra viva en paz “.
Jeremias cogió el todoterreno y se acercó con mucho cuidado hacia donde creian que podian provenir los disparos.
Los prismaticos le sirvieron para detectar algo.
Un poco más alla de donde se encontraba, parecian oirse voces, aunque confundidas debido a la distancia. Pero inistió y… efectivamente unos individuos con rostro petreo, y serio, andurreaban por allí, sus armas ponian en evidencia el miedo que podrian tenerle a la naturaleza.
Jeremias vió con dificultad,por la distancia, que estaban acercándose a un vehiculo con restos de barro seco.
Entonces él volvió al todoterreno, aceleró en aquella dirección, y consiguió de ese modo que aquellos individuos tomasen su vehículo y marchasen con buenas prisas -pues en el punto concreto ya no estaba el coche- aceleradas por sus propias clandestinidades.
Cuando todas estas peripecias habian terminado, Jeremias regresó a la casa.
El sol, poniendo su luz y calor en la media mañana, daba algo de alegría a la comarca.
Ezequiel, viendo que su hermano tardaba un poco, lo estaba esperando a la entrada del pequeño pueblo.
Su hermano ya estaba bajando por la pista con el coche a muy poca velocidad…
Jeremias bajando del auto:”Eran dos individuos, al oir que me acercaba, se apresuraron y se marcharon, esperé un poco hasta oirlos desaparecer.”
“Bueno, hermano, ¿que te parece si nos preparamos un almuerzo, y luego nos acercamos a visitar a Irene y su hermana?,¿podriamos preguntarles si les apetece esta tarde salir a pasear?”
“Pues me encantaria, has tenido buena idea”
“Podemos ir a la llanura, para ver la puesta de sol”
“Pues…Por ejemplo”
Estás relatando una historia que acaba de comenzar con una escena plena de emotividad hacia el futuro. Expresión válida la de tu relato que se me antoja un misterio. Esperemos a ver qué sucede. Un abrazo amistoso.