Porque aún conservo, dentro de mis mil conciencias, los veinte poemas de amor de la tarde en que besé tu boca y aquella canción desesperada en el nocturno soportal, bajo la luna, con unas cuantas estrellas brillando en medio de aquel caliente agosto de Madrid… Y comenzó a nublarse el cielo. Después llovía. La lluvia traía aquel olor a flores del parque del Paseo del Pintor Rosales donde habíamos compuesto una sinfonía de miradas hondas y profundas en medio de la conversación de nuestros miles de mundos fantasiosos. Hoy es lunes. Tengo mi Diario abierto y escribo en él tus sentires dentro de mi alma. Por eso y por mucho más todavía estoy luchando en medio de la pertinaz batalla con las palabras y los sintagmas del corazón dando vueltas y más vueltas alrededor del universo de las expresiones.
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Por eso y por mucho más
Porque aún conservo, dentro de mis mil conciencias, los veinte poemas de amor de la tarde en que besé tu boca y aquella canción desesperada en el nocturno soportal, bajo la luna, con unas cuantas estrellas brillando en medio de aquel caliente agosto de Madrid… Y comenzó a nublarse el cielo. Después llovía. La lluvia traía aquel olor a flores del parque del Paseo del Pintor Rosales donde habíamos compuesto una sinfonía de miradas hondas y profundas en medio de la conversación de nuestros miles de mundos fantasiosos. Hoy es lunes. Tengo mi Diario abierto y escribo en él tus sentires dentro de mi alma. Por eso y por mucho más todavía estoy luchando en medio de la pertinaz batalla con las palabras y los sintagmas del corazón dando vueltas y más vueltas alrededor del universo de las expresiones.
3 comentarios sobre “Por eso y por mucho más”
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Evoca tu diario al admirado Pablo Neruda en el nocturno soportal. Haciendome sentir el pecho dolorido, por su grandisima fuerza poética, que hace pequeños a los hombres mortales que nos alimentamos de lecturas, tales como sus “Veinte Poemas De Amor y Una Canción Desesperada”.
Ojalá su espíritu te insufle la energia y la fuerza suficiente para que seas capaz de ganar la batalla de las palabras y seas capaz de recorrer todo el magnífico universo de las expresiones, de la mano del gran maestro. Yo creo que la gran batalla la tienes ya, practicamente ganada.
Por lo tanto el viaje empieza ya….
Un abrazo, compañero de las letras y los pensamientos.
Un recuerdo aderezado con Neruda y compartido con la lluvia, solo puede ser eterno. Tu diario guarda bellísimos momentos.
Saludos! 😉
El Paseo de Rosales y el Parque del Oeste han sido testigos de muchos amores que comenzaban. Noches de círculos de amigos sentados en sillas de alquiler, con una guitarra y mucha animación. Neruda y otros poetas eran leídos de tapadillo, cada uno en su casa.