Hagamos un alto en el camino y preguntémonos ¿por qué vivimos?. La respuesta es más sencilla de lo que parece: vivimos porque somos libres. ¿Y por qué somos libres?. Volvamos a pensar: somos libres porque vivimos. Ese es el principio elemental de la existencia. ¿Para qué queremos la eterna juventud?. Porque es el precepto fundamental que Jesucristo nos señaló como Camino. Si pudiéseis comprender esto sabríais por qué hablo tan a menudo de saber que podemos ser tal como éramos durante toda la Eternidad. Otra vez el Milagro del 16 de Ella y el 18 de mí. Quizás algunos no lo comprendan pero yo lo he leído en las estrellas… y por eso vuelvo a afirmar que hemos empezado a entrar en esa Eternidad donde, tal como éramos, somos.