La pequeña Marisol cantaba en 1962 aquello que se escuchaba en todas partes de “Al Sol le llaman Lorenzo y a la Luna Catalina, cuando Lorenzo se acuesta se levanta Catalina”. Y es verdad que entonces, al rememorar a la niña Marisol y su canción me viene el reflexionar, otra vez más (pues en alguna otra ocasión ya lo he explicado) que cuando dormimos profundamente después de una agotadora jornada laboral, el mundo no se detiene. La vida sigue continuando mientras nos embarcamos en sueños tan profundos que sólo Dios conoce. La vida son 24 horas de jornada continua sin un segundo de descanso… porque, por ejemplo, cuando en la ciudad española de León (y sólo es un ejemplo nada más) la mayoría de la población está durmiendo en la otra ciudad mexicana de León (para seguir con el mismo ejemplo) la mayoría de la población está despierta.
Dormimos profundamente y perdemos de vista la vida de la realidad cotidiana para entrar en las esferas de la vida de la realidad extraordinaria. Todo es un conjunto de vida. Un conjunto que se une por el lazo de la existencia humana. Mientras dormimos millones de cosas están sucediendo en el mundo y cuando despertamos esas millones de cosas que sucedieron en el mundo quedan recogidas en los sistemas de la comunicación. No somos seres aislados ni tan siquiera aunque algunos vivan en aldeas remotas, porque hay un hilo conductor que une nuestros sueños con las esperanzas de quienes están en esos mismos momentos despiertos. El mismo mundo que gira y hace girar nuestras camas y nuestros sentidos dormidos, es el mismo mundo que gira y hace girar los lugares donde se está despierto. El sol es un Lorenzo continuo estático pero alrededor de él la vida despierta en la Tierra. La Luna es una inquieta sensación giratoria que gira y gira alrededor de quienes duermen.
Yo, ahora mismo, podría estar escribiendo una crónica relacionada con algún ser querido o algún ser anónimo que permanece en estos momentos durmiendo. En Quito son ahora las 6 de la tarde y en Madrid son las 12 de la noche. Yo estoy despierto mientras mi hija Leslie duerme…. pero no está dormida porque estoy pensando en ella. Ella mañana despertará y yo estaré durmiendo; pero los dos permanecemos en estado de movimiento continuo.
Todos los seres humanos no pueden ver, al mismo tiempo, todo lo que sucede en la Tierra las 24 horas de giros continuos sin interrupción… pero somos conscientes que cerramos los ojos profundamente y una décima de segundo después los abrimos. ¿Qué ha estado sucediendo durante esa décima de segundo?. Millones de cosas. Así que si nos dedicamos a intentar comprender esta realidad absoluta sólo podemos desembocar en un mismo axioma para todos: la Vida es un continuo e infinito suceder de acontecimientos que, en cierto modo, hacen poder afirmar que mientras dormimos seguimos existiendo en el enorme trajinar de otros muchos millones de habitantes de la Tierra de, entre los cuales, algunos estarán pensando en nosotros. En otras palabras, mientras dormimos estamos vivos en los pensamientos de algunas personas en las que, por razones de Dios, algún día penetramos en sus sentimientos. El ejemplo de mi hija Leslie y yo es sólo uno de los millones de ejemplos mas.
Como siempre dejamos huellas en algunas otras personas, sucede que mientras estamos durmiendo esas personas nos están recordando y viceversa mientras ellas duermen nosotros pensamos en ellas. ¿Qué pasa mientras dormimos?. Que millones de cosas están sucediendo en una décima de segundo.