“La vida no vale nada si tengo que posponer otro minuto de ser y morirme en la cama. Y por eso para mí la vida no vale nada si no es para perecer porque otros puedan tener lo que uno disfruta y ama. La vida no vale nada cuando otros están matando y yo sigo aquí cantando como si no pasara nada. La vida no vale nada si escucho un grito mortal y no es capaz de tocar mi corazón que se apaga. La vida no vale nada si no es para perecer porque otros puedan tener lo que uno disfruta y ama”.
Pablo Milanés hizo famosa esta canción en un momento de la historia, los años 80, en el que muchas personas estaban luchando en todo el mundo por los derechos fundamentales de la vida.
Todo lo que podemos decir y escribir sobre la igualdad, la fraternidad y la convivencia en paz de todos los habitantes de este planeta es poco. y es poco, porque a simple vista da la impresión de que la gente no hace mucho caso. Seguimos odiando, matando y despreciando a otros porque el color de su piel es diferente; porque han nacido en otro lugar del mundo o porque tienen más o menos dinero que nosotros. Y si no es por alguna de estas razones, pues nos inventamos otras. Todo con tal de no vivir en paz.
!Qué tontos somos!.
Tontos y encima no tenemos arreglo.
No escarmentamos nunca.
Sabias tus palabras.