Un día más llego a casa, cansada de una dura jornada laboral, y al abrir la cerradura mi cuerpo empieza a temblar… ¿qué será hoy? ¿algo no terminé? ¿algo dejé sin hacer?…
Quisiera poder dejar mi alma fuera, en el zaguán de casa, ya es bastante entrar mi cuerpo, curarlo me lleva tiempo, sana sí claro que sana, pero… ¿y mi alma? Para mi alma no hay tirita que la abarque…
Alma mía, sepárate de mí, quédate ahí… espera mi posible vuelta…
Pero mi alma, tal como tú… no escucha, no atiende a mi cabeza, ni puede acceder a los deseos de mi corazón, está conmigo… le falta valor…
Camino despacio por el corredor, y pienso en cuatro años atrás, cuando en mi cara plantabas el más dulce de los besos, cuando tus brazos me estrechaban con ternura, cuando me sentía la mujer más afortunada del mundo… ahora no sé si quiera si mujer soy… y todo ésto y más te lo debo a ti, a ti el que me acompaña en mis noches en vela, el que me atosiga nada más que llego, el que ha pasado a ser de mi amor a mi carcelero…
Tomas mi piel y me la devuelves hecha harapos, tomas mis manos, mi boca, mi cuerpo, y me los devuelves del color de la noche sin luna… Y luego, vas y me dices:
¡qué mala cara tienes esta mañana!
Y mi boca… ha de permanecer cerrada para que tus manos no me invadan, como pestillos de hierro a un portón. Trago saliva, cierro mis oídos, me recompongo y sigo untando la rebanada con mermelada que tanto te gusta para desayunar… ¡qué mala soy! ¡que mal te quiero! ¿verdad?
Pero hoy, precisamente hoy, ¡al fin! mi alma ha hablado a mi corazón, y al pasar por la puerta ambas se han dado la mano, una a la otra se han abrazado, fuertemente… Mi cuerpo pasó al salón, sólo con la razón. Me he sentado y aquí me tienes, en estas letras, para que sepas que a tu vuelta ya no estaré…
He abierto los ojos, y me he dado cuenta del mundo que me espera, y de un ningún futuro a tu vera…
Te digo adiós, me voy… fuera en el zaguán me esperan, no es el amante que me reprochas casi a diario, ese no existe, por más que insistas… son mi alma y mi corazón que ya dolidas han decidido ponerle fin a estos días y “vida” sin luz…
Me voy con ellos, no te preocupes es lo único que llevo, lo que no podrás quitarme nunca, por mucho que incluso en ello hayas puesto todo tu empeño. Te dejo lo que me has dado, dolor, rabia, impotencia, decepción, desilusión, y mucho más que bien sabrás encontrar si miras en tu interior… Todo eso es tuyo y para nada lo quiero… quédatelo!
Adiós, mi “querido” maltratador.
(Para todas las mujeres que sufren de violencia y les falta el valor necesario para decir: hasta aquí! Ánimo a todas! )
Un texto valiente, como valiente debe ser una mujer que sea maltratada para librarse de su yugo.
Has conseguido, además, que sea un texto poético y que engancha.
Enhorabuena. Un beso, Namari.
Para mí esto es poesía en prosa , pero poesía. La verdad Namari es que no me cansaré nunca de decir que eres una auténtica artista de las letras y también del sentimiento, porque verdaderamente, este texto hace sentir y mucho.
Ojalá tu pensamiento sirva para quitar el yugo a más de una pobre mujer que se encuentra en esta situación.
En cuanto al texto, ya digo poesía y belleza pura.
Un beso poeta.
Un relato narrativo que rebosa la armonía y la musicalidad característicos de los poemas, Namari.
Y un buen relato, que revela la fuerza escondida de cien mil mujeres que sufren a diario verdaderas torturas de aquellos que supuestamente las aman.
Ojalá este texto sirva para darles valor.
Muy bien, Namari, muy bien.
!Bravo Namari!. Muy real, muy poético y muy sentido tu texto. Estoy contigo…
Buen relato.
Sin embargo, no se. ¿Al decir maltratador englobas a maltratadores y maltratadoras? Me imagino que solo hablas de hombres, ya que si no, como actualmente se hace, pondrías maltratador/a… Bueno/a, entiendo/a.
Bien, bien… ¡fuerzas a aquellos maltratados! En general…
Anda que imagínate un hombre que es maltratado por su mujer y lo denuncia. ¡Oh, jo, jo, jo!, ¿su mujer lo maltrata? Anda, debe usted ser marica o algo.- le dirán los transeúntes. ¡Ja, ja, su mujer le pega dice! Bueno, en ese caso no se preocupe,¡todos somos iguales ante la ley! ¿No?-le dirá el juez.
En fin ya sé que no es lo corriente, pero imagínate a un hombre denunciando un maltrato. Vamos, eso si que sería ser valiente, me atrevería a decir acto de un hombre atemporal y fuera de sitio en nuestra sociedad. Un hombre que no es narcicista, ni aficionado al fútbol, y sensible. Anda,¿pero eso existe? ¿Que cosa más rara no?
Leo el comentario de Isamael 1991 y he de decir que si existen hombres maltratados psiquicamente, tengo uno muy cercano y he de decir que no es marica , pero se ha pasado toda su vida maltratado por su mujer….hace poco enviudó, creo que ahora empieza a vivir en paz.
El trágico pero asi ha sido.
Un abrazote
Con relación al comentario de Ismael, tengo que decir que también conocí a un hombre maltratado psíquicamente. Hay que reconocer que alguno hay, aunque en número muy inferior al de las mujeres maltratadas. Pero el mensaje es el mismo para ellos que para ellas: que no aguanten, que sean valientes y pongan tierra de por medio. Pero no después de aguantar años, sino a las primeras de cambio.