¿Quién eres tú para torturarme?
te busco y no estas,
te encuentro y te vas,
porque cuando te encuentro te
vas, tus ojos me tocan con
flagelaciones histéricas, me lastimas.
Si sabes que yo te espero, ignoro
donde estas y siento tu
presencia, pero te vuelves
ajena a mi vida, a mi piel,
a mi ser, tu existencia es fugaz
como la de las flores, de belleza
perecedera pero de un aroma
inalcanzable.
Tu cabello con aroma a
hiedra lo sigo hasta
el horizonte pero al
amanecer te escondes,
me dejas, me evitas,
me torturas con tus
desprecios te escondes
bajo las piedras
frías como tu corazón y
me cercenas el alma, y yo
sigo esperándote y tu
¿Dónde estas? mis alas
se abren y las llenas de
excoriaciones con tus
desplantes.
¿Tu quien eres para matarme?
Un comentario sobre “¿Quién eres tú para torturarme?”
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Bueno. Este poema me recuerda a la Balada de aquel grupo de La Cuca.