Quisiera saber dónde se escucha
el rumor de tus rosas encendidas
cuando la luz del sol se apaga
y se ilumina la luna de ternura.
Quisiera saber de las cerezas de invierno
ocultas en la blanda tierna húmeda
que da de beber a los vencejos
con sus pequeñas fuentes, pequeñas.
Quisiera saber de esa lluvia de colores
que surcan los espacios de los cielos
y hacen sentirme un corazón soñado.
Quisiera saber de los ecos del mundo
que se abren en medio de los valles
y bajan a las ciudades grandes
llevando equipajes de humildad.
Quisiera saber de los niños perdidos
en los caminos de la pequeña aldea
y saber qué garras de buitres leonados
los tienen encantados con su magia.
Quisiera saber de las nocturnas ideas
que surgen de improviso y son razones
para olvidar del todo a las perversas
deidades de barro y hojalata.
Quiera saber de los vientos suaves
que mueven mis dedos en el piano
de los sueños.
Qué bonito poema!
Saludos Diesel