Rarezas

Los tiempos en que nos veíamos en las cafeterías para
desencontrados y fumábamos tantos cigarrillos como
fuera posible como para poner el clima adecuado y
cuando te dejabas conducir por cualquiera de mis manos
y las conversaciones y las risas se nos alargaban sin tanto
esfuerzo y las cosas por absurdas que parecieran, a nosotros
nos acercaban mas, ya no volverán. Me alegra bastante que
te hayas ido y que desparecieras de mi vida como una gran
sombra que se va alejando conforme amanece, es cierto eso
que los recuerdos con causas vitales para extrañar a alguien
pero en tu caso nunca fue así, incluso ahora no puedo asegurar
que te extraño por que siempre figuraste en mi vida, al poner
azúcar al café o al opinar en ciertas cosas sabia que tu me
habías implantado algunas maneras que anteriores a ti yo
miraba incorrectas o confusas pero que en aquellos momentos
siempre me perecieron adecuadas.

Y nuestra sustanciosa pero breve aventura se fue haciendo
vulnerable hasta que un día de muchas nubes y cielos
estruendosos llenos de agua me mire solitario consumiendo
lo de siempre he inhalando un aire espeso y gris que nunca
incluso junto a ti me supo mejor algo había mejorado en la
composición de mi ser y la principal causa de aquello era tu
partida Ahora asisto a los lugares que frecuentábamos y me
siento escribir un poco hay muchas cosas que no han cambiado
como la curiosidad de observarte nuevamente, de saber como
hiciste para conservar intacta la imagen de ti en mi cabeza y
para dejarme esta necesidad de vocabulario y de pensamiento
que tu sola presencia saciaban y continuar como lo hacíamos
la conversación esa que decidimos quizá inconscientemente tener infinitamente.

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