No es la plata del dinero entrampador la que corre por las venas de los ríos y la sal marina de las algas clorofíleas. No es la plata del poder. Lo que corre hoy, en la antesala del nacimiento de Jesús, es la plata de las alas de una paloma que, en forma de Espíritu Santo, baja a la Tierra para decirnos a todos nosotros, hombres y mujeres del planeta azul, aquello de “Gloria a Dios en las alturas y Paz en la Tierra a los hombres y mujeres de buena voluntad”. Feliz Navidad para todo el Vorem. Recordad que ahí, a vuestro lado, hay alquien que está clamando dignidad…