Sentir que està todo perdido y que nada se puede hacer
es rendirse en el camino sin ganas de vencer.
Saber que lo que fue y lo que ha sido se deja en el ayer
es morir en el presente por vivir en el pasado.
Mirar siempre hacia atrás sin ver lo que hay de frente
es quitarle el bastón al ciego que le ayuda a no caer.
No escuchar lo que no quiere oírse para no sufrir
es como decirle a un sordo la poca importancia que tiene escuchar.
Atarse las manos con cadenas que no se puedan romper
es negarlas el placer de los tactos e impedirlas que vuelvan a tocar.
Calzarse los pies con zapatos de hierro y subir la montaña
es creer que todo es un imposible que no se puede lograr.
Ignorar los motivos que las razones muchas veces dan
es engañar al corazón y convencerle a que deje de latir.
No sonreír aunque los labios se opongan a ello
es otorgarle a la tristeza el gusto de no ser feliz.
No curarse heridas y taparlas para que dejen de doler
es no admitir que existe un remedio que las puede hacer cicatrizar.
Tener la esperanza de que todo pasa todo se cure todo se olvida
es darle tiritas al tiempo y paciencia a la vida.
Buenas reflexiones. Me gusta el sentido de positivismo que impregnas al texto diciendo lo que tiene de negativo el amarrarse a lo que no es productivo. Un abrazo.