El Llaima te rinde tributo
liberando energía pirotécnica,
despertó cuando entrabas en tu sueño
y tronó reclamando tu voz.
Su luminosa luz estuvo en vigilia
mientras tu vivias el último terror nocturno, las horas del adios.
El humo de sus brazos te recibieron,
seno blanco y esponjoso velo.
La pena nuestra, indecible,
representada en sus oscuras nubes
indescriptibles.
La incomprensión de tu partida provoca el éxodo de sus lugareños
mientras el mundo perplejo observa callado desde lejos.
La Tierra autorizó al Llaima,
ésta fue autorizada por Dios;
ahí estarás, en su memoria
hasta que venga la resurrección.
¿Cuántos días temblará la Tierra?
¿Cuánta energía liberará el Seol?
Seguramente está haciendo un espacio
para recibir tu gran alma de orador.
…hombre querido por todos…Julito…enamorado del amor…
¿Quién nos privará de recordarte, hombre que no olvidaste tu sangre?
aunque hoy… Julito… se nos priva de tu voz…
Muy sentido y bello poema a la memoria de ese gran periodista desaparecido inmediatamente antes de que el volcán entrase en erupción. A veces pasan cosas que parecen signos que nos hace llegar el Planeta y éste puede ser uno de ellos.
Ocurrió a principios de año, pero todavía sigue fresco en vuestra memoria.
Un saludo.
Que nadie os prive de su recuerdo , no conozco a Julio Martinez , pero me gusta el poema que le has dedicado.
Rolando Cortés ¿ tu eres el mismo del flog y el que me lee en mi blog ? sería mucha casualidad que hubiese dos personas con el mismo nombre , si eres queien digo sé bienvenido a esta isla de personas que compartimos textos y amistad , Espero que me saques de dudas… un abrazo