Las risas se apagan
son estáticas y carentes de vida.
Todo es maquinal y fatuo.
La desilusión y la desesperanza
flotan en el ambiente como algo normal.
Prisas, intranquilidad y apatía son constantes.
La adulteración y la falsedad
pacen junto a los humanos.
¿ Humanos ?
Máquinas devoradoras y malhablantes
que machacan inexorablemente
todo cuanto a su alcance está.
Los hilos siguen moviéndose
y las marionetas políticas
actúan incansablemente mal.
El escenario maltrecho y destrozado
sirve de trampolín a los futuros actores.
El círculo vicioso
se aferra por conservar su redondez,
y la incultura entorpece su evolución geométrica.
El entramado viviente
se teje a prisa.
¿ Hasta cuándo ?
Lo importante es que sea tupido
que nadie escape por el agujero de la razón,
que los hilos aten fuertemente,
pero sin dejar huella.
Las golosinas del “progreso”
juegan un papel capital.
Mientras tanto,
el Universo va perdiendo aliento
y su recuperación cada vez es más penosa.
La razón desciende un fatídico peldaño
y una corona de flores incultas
cerrará su boca para siempre.