El día 13 de este mes de marzo, un equipo de arqueólogos alemanes y egipcios ha hallado 17 nuevas estatuas de tamaño real de la diosa Sejmet en el templo de Amenofis III de la ciudad de Luxor. Estas 17 estatuas se unen a las 6 encontradas unos días antes. El templo de Amenofis III, en Luxor, está situado en el sur de Egipto, junto a la orilla occidental del río Nilo, entre Tebas y Karnak. Las estatuas son de granito negro y de tamaño humano, ya que miden entre 1,70 y 1,80 metros de estatura.
Luxor o Luqsor (que en árabe se escribe al-Aqsur) es una ciudad egipcia cuya parte más moderna ocupa un sector de la antigua Tebas y el Templo de Amón es una de las obras maestras de la Dinastía XVIII, mandado construir por el faraón Amenofis III y ampliado durante el reinado de Ramsés II, quien hizo construir dos obeliscos (uno de los cuales se encuentra en la Plaza de la Concordia de la ciudad de París desde 1836).
Con el nombre de Amenofis hubo cuatro faraones de la Dinastía XVIII, la cual gobernó en Egipto entre 1580 y 1320 a. C. durante el llamado Imperio Nuevo o Segundo Imperio Tebano. Amenofis III, dentro de este largo período, fue faraón desde 1408 hasta 1372 a. C. Este faraón fue hijo de Tutmés IV y de una princesa de Mitani y reinó cuando Egipto era un próspero imperio del mundo oriental. Tebas fue entonces un centro lleno de lujo y grandezas, un centro internacional de diplomacia muy activa (como atestiguan las tablillas de arcilla encontradas en Tell el-Amarna y Bogazkoy). Allí se centraba la vida política, económica y espiritual del Próximo Oriente. Las construcciones fueron numerosas (como el Templo de Luxor, el Palacio de Malgatta y los Colosos de Karnak) y fue después del gobierno de Amenofis III cuando Egipto comenzó a declinar ante la amenaza de los hititas y los aqueos. Pero en aquella época de grandeza el dios más idolatrado era Amón de Tebas, cuyos sacerdotes constituían una casta influyente y poderosísima. Este dios fue posteriormente asociado al dios Ra.
La antigua Tebas egipcia (que no hay que confundirla con la antigua Tebas griega) había tenido ya un primer período de esplendor durante el Imperio Medio cuando gobernaban los primeros príncipes tebanos (siglo XXII a. C.) y durante el Imperio Nuevo volvió a ser grande cuando se convirtió en la capital política y religiosa de los faraones del dios Amón y su influyente casta sacerdotal, hasta que cayó en decadencia en el año 663 a. C. por las reformas de Ajnatón (Akenatón) y los excesos de lujo de sus ricos sacerdotes.
En todo aquel contexto de lujo y grandeza ¿quién era Sejmet?. Sejmet es una voz egipcia que deriva de sejem (en español violenta) y significaba “La Poderosa” y “La Terrible”. Era una diosa originaria del nomo (provincia) de Rehesu (Letópolis) situada en el Delta. Diosa guerrera que, según el mito, se presentaba como Ojo Solar destructor. Hija de Ra y representada como mujer vestida de rojo y con cabeza de leona. Su principal centro de culto fue la región menfita donde formaba una tríada con Ptah (su esposo) y Nefertum (su hijo varón). Esta diosa a veces se convertía en Ojo de Ra y destruía a los enemigos del Sol. Entonces propagaba pestes y epidemias pero, una vez calmada su ira, podía también curar enfermedades y por eso sus sacerdotes eran médicos de profesión. Cuando Sejmet se calmaba y se hacía apacible pasaba a ser Bastet, la diosa que tenía cabeza de gata en vez de leona. Entonces pasaba a ser amorosa diosa de la fertilidad.
¿Cómo apareció esta diosa en las tierras de Egipto?. La mitología de aquel país dice que hubo una época en que el dios Ra estaba enfadado con los hombres porque la humanidad había dejado de rendirle culto y para castigarlos envió a la tierra a su terrible hija Sejmet, cuya ferocidad era insaciable cuando estaba enfadada. Sejmet comenzó a hacer estragos entre la población y su regreso se interpretaba como las inundaciones del Nilo.
Sejmet comenzó a propagar enfermedades, pestes, epidemias… y no contenta con ello se dedicó a beber la sangre de los humanos a los cuales después despedazaba y dejaba sus cadáveres desparramados sobre la tierra. A la vez que realizaba estos actos vengativos, acompañaba al faraón en el campo de batalla y lo protegía de sus enemigos.
El dios Ra quedó tan aterrado de las venganzas de su hija (que era cada vez más insaciable en su costumbre de beber sangre humana) y de su ferocidad irascible, que decidió calmarla y para ello ordenó a sus sacerdotes que llenasen 7.000 vasijas con cerveza y un ocre rojizo. Después les ordenó que las vaciasen por el camino por donde tenía que pasar la diosa, la cual, al oler aquel líquido se convenció de que era sangre humana y se entretuvo en beber hartadamente, hasta que quedó emborrachada. Después de ello su ira se calmó.
Lamada “Señora del Oeste” por contraposición a su otra manifestación de gata bajo el nombre de Bastet (“Señora del Este”) era conocida como “la dama de las montañas del poniente” y tenía un lugar en la Sala del Juicio, siendo guía protectora de los justos en el Mundo Inferior. Era, también, Soberana de la Cámara de las Llamas y se la denominaba como “la que frena la necesidad” aunque igualmente era la que quemaba a los condenados.
Esta Sejmet se dedicaba, en sus momentos de cólera, a ser portadora de epidemias y enfermedades (que en realidad eran producidas por las aguas estancadas antes de llegar las inundaciones del Nilo) pero también era capaz de sanar (especialmente en el caso de fracturas) cuando se transformaba en un ser pacífico. Fue llamada “experta en magia” y por sus conocimientos de brujería era la patrona de los médicos. Sus sacerdotes (denominados Uab Sejmet) formaban una casta de médicos sanadores que utilizaban diferentes prácticas para luchar contra las enfermedades (una de ellas era el “rito de apaciguar a Sejmet” a fin de neutralizar los poderes vengativos de la diosa). Estos sacerdotes eran fácilmente reconocibles por el uso de un cetro especial (el llamado Cetro Sejem) y podían curar incluso evitando a la muerte. En este sentido la leyenda supera a la realidad si tenemos en cuenta que fueron ellos los que aconsejaron a Amenhotep III la construcción de 600 estatuas de Sejmet en el Templo de Mut (en Karnak) para curarse de una enfermedad… pero no debió hacer aquello ningún efecto prodigioso porque el faraón murió poco después sin haber sanado. El caso es que los sacerdotes Uab Sejmet eran considerados como magos muy cultos y grandes conocedores de la Literatura Sagrada, astrónomos, astrólogos, sabios de la alquimia y la medicina y, desde luego, escribas de altos niveles de conocimiento. Su misión era calmar a la diosa-leona Sejmet y convertirla en benéfica y casi humana diosa-gata Bastet. Por eso, teniendo en cuenta lo sanguinario de Sejmet, los sacerdotes ejecutaban un ritual todas las mañanas y todas las tardes de todos los días del año para aplacar su ira, consistente en beber cerveza hasta emborracharse.
Sejmet tenía la costumbre de mandar sus miasmas, enfermedades y desgracias, durante los días “epagomenos”, que eran considerados días peligrosos, aunque también aprovechaba épocas de transición (como el final de una década o incluso el fin del día y el comienzo de la noche) para realizar sus sangrientas acciones (entre ellas las del vampirismo con los humanos).
Otro título de Sejmet era el de “Diosa del Amor”, cuando se convertía en provocadora de pasiones ya que estaba considerada como la más bella y hermosa de las diosas egipcias. Entonces todo su semblante se volvía resplandeciente. Y pasaba a ser, igualmente, símbolo nutricional y transmisora de poderes divinos al faraón. Igualmente era “Soberana del desierto, las serpientes y los leones” y se la hacía diosa titular del mes de Jurak .
Hija directa de Ra y hermana de Bastet (con quien se la asimila como la otra parte de la misma diosa) fue incluida en la tríada menfita junto con Ptah (de quien se hizo esposa) y de su hijo Nefertum. Esto ocurrió en la región de Letópolis, donde formaba pareja del dios Haroeris bajo su forma de Herjenti-irti.
Se la representaba como mujer vestida de rojo-sangre con cabeza de leona, con un disco solar sobre la cabeza y el aureo (la cobra erguida en actitud de ataque) en la frente. Un aureo de oro pristino con dos diamantes como ojos de la cabeza reptiliana. Llevaba una corona y flechas como armas. Se le rendía culto en Menfis, Letópolis y toda la región del Delta, pero de manera muy especial en Luxor.
Es aquí, en Luxor, donde los arqueólogos han encontrado estas últimas estatuas dedicadas a esta divinidad que los griegos conocían con el nombre de Saaamis y cuyo templo consta de tres patios, un prístino, una sala y un santuario y tiene una longitud total de 500 metros.
Muerte, enfermedad, vampirismo… amor, sanidad, felicidad… las dos caras dualistas de una diosa (Sejmet) que ocupa uno de los lugares más elevados en el panteón de la mitología egipcia y cuyo culto tuvo su máximo auge entre los años 1408 y 1372 a. C.
Saludos Diesel:
Una auténtica delicia el poder disfrutar de tu comentario. Me permito comentarte que el culto secreto hacia Sejmet, todavía perdura. Quizá pudiera sonar “estrafalario”…pero cuando el pensamiento colectivo se acristala sobre un mito o un arquetipo (diosa que metamorfosea en) estamos ante uno de los símbolos más poderosos en la “magia egipcia”. El proceso seguido por los sacerdotes comenzaba por instalar su meditación en la vivencia profundo que los transformaba en “diosa”. Despertaban así…energías psíquicas de la sombra que iban reconociendo y manejando. Este proceso simpático (por ósmosis) transformaba la voluntad del yo en voluntad única en la diosa. De estos ejercicios hay muestras en el tantrismo tibetano y en la cultura mexica. Un tema de extraordinario interés. Creo que sobre los Misterios y al Magia hay mucho que contar. Con toda la presentaciónque has hecho…el marco queda perfectamente creado. Saludos.