Sentado en el tumulto de la noche

Sentado en el tumulto de la noche se me arriman los perros vagabundos para pedirme un poco de compañía con silencio de meditación contemporánea. Sentado en el tumulto de la noche el cúmulo de estrellas caen desde lo alto hasta la acequia donde se anegan las ilusines perdidas. Orlas de fuego son los ojos de los perros vagabundos mientras el tiempo se deshilacha en jirones de soledad. Sentado en el tumulto de la noche soy el más pequeño de los seres que se encuentran perdidos en el tropel de las canciones del olvido. Me levanto. Lentamente los perros vagabundos se vienen conmigo hacia el lugar llamado Nada…

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