Esta vida se puede comprender cuando entendemos el sueño humano; ese sueño que hace que los hombres y las mujeres del planeta Tierra tiendan a perpetuar sus presencias en un acto de eternidad cotidiana. Día a día fluímos como una corriente tensa entre la multitud de los sonidos de la existencia y en todos nosotros (hombres y mujeres por igual) late ese sentido que nos hace ser un sueño habitable, abierto a esa incertidumbre del futuro; de un futuro del cual no sabemos otra cosa más que anida en el mañana. Tenemos, por tanto, la voz llena de sueño. la voz y el alma.
Desde que alguien predijo que la vida es sueño, todos los habitantes de la Tierra (hombres y mujeres por igual) comenzamos a sentirnos vuelos de ave dentro de un sueño de perenne presencia. La vida es sueño quizás, pero cuando llega la escalada de este sueño nos hacemos presentes, en las cuatro estaciones del año, como temblores de hojas bajo el viento. Sabemos que tenemos un día que terminar de soñar para despertarnos en una dimensión misteriosa que nadie ha podido descifrar todavía. ¿Es que el sueño humano es sólo una quimera?.
Yo diría que no. Que el sueño humano está siempre delimitado por ese espacio de tiempo en el cual nos convertimos en segundos vivos de nuestra propia identidad. Porque la identidad humana, si la vida es sueño, viene a ser una perpetuidad de nuestros anhelos. ¿Quién ha cumplido, al final de su vida, todas sus propuestas iniciales?. No es posible contar el número de sueños que quedarán siempre latiendo al llegarnos la muerte. Mas eso es la vida: un fluír de ensoñaciones encadenadas a un proceso temporal que no tiene espacios porque se condensa en cada espíritu de cada ser viviente (hombre y mujer por igual) que tiene la ilusión como mensaje prioritario y primordial en esta vida.
Vivir es soñar. Y como toda vida queda inmarcesiblemente latiendo en el contexto de un fluír continuio, la vida no tiene límites ni aún en la hora de la muerte. ¿Quién nos dice a nosotros que después de la muerte no tengamos todavía miles de millones de sueños por vivir?. La memoria de cada hombre y de cada mujer de esta Tierra nunca se borra de sí misma. El Sol explotará algún día y ese día hará explotar a la Tierra y a todos los planetas del sistema solar… pero quedará guardado en el infinito de la eternidad el sueño sin límite de todos los que hemos sido.
Totalmente de acuerdo contigo Diesel, el sueño se ubica en tiempo y espacio, nuestros sueños son parte de nuestra identidad, en constante movimiento. Ya dice nuestro amigo Gastón (De Bachelard) que la imagen construye la realidad, y que el soñar incluye también pensar y recordar. Vivir es soñar, Diesel, aquí y ahora, proyectando en el futuro, interpretando el pasado, sabiendo que el camino es como su “agua”: fluir. Un abrazo Diesel
Imagina la humanidad entera,la plantas,los arboles,la naturaleza en general y todos los entes, conocidos y desconocidos soñando todos juntos en un Universo en paz e igualdad para todos ellos en toda la eternidad. Ese es el sueño. Estoy de acuerdo contigo Diesel.
Sensacional Diesel, por lo que tiene de sueño vital, el Gran Sueño Humano que has sabido expresar como siempre.