– Algo: ¡Hola amigos!, ¿Qué tal estáis?
– Nada: …..no sé….
– Siempre: …. bien….
– Algo: …esto… ¿llego en mal momento…? ….mmm creo que si… así que… mejor me voy…
– Siempre: no, no te vallas… no estábamos hablando de nada importante…
– Nada: cierto, estábamos diciendo que tu, Algo, eres el amor verdadero de Siempre. Yo, si queréis me ofrezco para reservaros el sitio de la boda. Habrá que invitar a Antes, Después….y a todos los demás….
– Siempre: me destrozas Nada…
– Algo: ¿de qué estás hablando Nada?
– Nada: es obvio, ¿no? Yo no tengo nada que daros, nada de mi os sirve… ustedes podéis confiar el uno en el otro, yo… a mi… no existo.
– Siempre: si no existieras, no estarías aquí con nosotros… ¿no crees?
– Algo: venga ya Nada… déjate de tonterías.
– Nada: es cierto, ambos optáis por el camino fácil…. error… De mi, lo único de lo que podéis aprender es a ignorarme porque siempre estaré ahí, aunque muchas veces no me veáis…
– Algo: pero sin ti no somos nada…
– Nada: sin mi sois algo y seréis siempre. Cambiareis… pero yo no, y es algo que os juro que no os quitaré. Así que, aceptad que os queréis y os amaréis hasta los confines del universo.