– Siempre: Algo, ¿te puedo hacer una pregunta?
– Algo: sí, claro. ¿En qué puedo ayudarte Siempre?
– Siempre: ¿Puedo creer en Nada?
– Algo: Eso depende de cuánto tiempo quieras creerle.
– Siempre: Le quería confesar mi amor… pero… ¿y si se le olvida?
– Algo: Yo te quiero Siempre, ¿por qué lo prefieres a él?
– Siempre: Es que es tan fácil quererle y hacerle feliz…
– Algo: Entonces me convertiré en Nada para que me quieras igual.
– Siempre: No puedes… no podríamos existir si sólo hubiera un Siempre y dos Nadas. Tu, Algo, eres esencial en esta vida… porque tu puedes elegir…
– Algo: ¿Y de qué sirve elegir si lo que quiero no lo podría tener enteramente solo para mí?… sólo… tendría… algo…
– Siempre: eres un egoísta…. siempre te quieres salir con la tuya… eso no vale…
– Algo: No, Siempre, lo que no es justo es que tu tengas a Nada y yo no tengo a nadie…
– Siempre: tu siempre nos vas a tener tanto a Nada como a mi para siempre…
Interesante diálogo. Haces una intrincada cuestión ynla resuelves al final con buen acierto. Bienvenida cristal.