Enciende tu respiración y mantenla constante y cálida, ya habrá tiempo
para dedicar suspiros y arrebatar alientos por ahora solo enciéndela
y mírame fijamente que han iniciado nuestros desengaños con una taza
de café y una mano encima de otra por ahora ni tu ni yo lo sabemos así
que sigamos gastándonos la felicidad y ahorrándonos la tristeza dejemos
las verdades para cuando hagan menos daño porque aunque no lo parezca
a mentiras se quiere más y se es más libre.
voy a aguardar hasta que la melancolía me arrincone a contarte lo ocurrido
y tú me dirijas hacia la única salida y te rehúses a escuchar y sigamos
arrancando la felicidad de dondequiera hasta ser otra vez los mismos que
respiran lentamente y que no dedican suspiros y no arrebatan los alientos
y se quieren a verdades y se desprecian a mentiras pero siempre con el
corazón encendido.