SINSABORES

Fue la locura del Viernes, la crápula de la noche y la resaca de Sabado por la mañana. En la ceniza del tabaco calcinado se quedó tu olor, tu fragancia. Hubiese querido entonces fumarte otra vez como al rapé, aspirarte. Y fui a probar tu sabor en el vaso de vodka sobre la mesa; pero entonces me supiste amarga como el ajenjo, como la absenta derramada en el piso. Te ofrecí mis sentidos y los hiciste trizas, jugaste a desdeñarme dejándome sólo: sinsabores.

Deja una respuesta