No sé por que parecen llenas de magia melancólica las cosas pasadas; no se lo explica uno bien; se recuerda claramente que en aquellos días no era uno feliz, que tenía uno sus inquietudes y sus penas, y, sin embargo, parece que el sol de entonces debía brillar más, y el cielo tener un azul más puro y más espléndido.
Uno quisiera que las personas y las cosas relacionadas con nuestros recuerdos fueran eternas; pero nuestra existencia no representa nada en la corriente tumultuosa de los acontecimientos. Allí teníamos un amigo…, en aquel rincón fuimos felices…, nuestra felicidad o nuestra amistad tienen poca importancia.
Siento,al pensar en esto, un profundo terror, como si la vida se me escapara en un momento de desmayo. La inanidad de las cosas me conturba; la esperanza me falta. Yo quisiera que mi espíritu fuera con el ruiseñor, que canta en la noche negra y sin estrellas, o como la alondra, que levanta su vuelo en la desolación de los campos, y no el pájaro herido que se viene a tierra velozmente.
Pío Baroja, Las inquietudes de Shantí Andia.
!Muy bueno el texto que nos presentas de Pío Baroja!. Es todo un verdadero canto a la nostalgia. Un abrazo ismael.
Un pequeño texto que dá para pensar mucho en la existencia que nos ahoga.
Un abrazo.