Yo estaba solo y tú estabas sola… así que lo único que tuvimos que hacer fue sentarnos alrededor de la misma mesa y comenzar a mirarnos a los ojos.
Yo estaba solo y tú estabas sola y con mis miradas te conté de mi soledad y con las tuyas me contaste de la tuya… así que sólo hacía falta unir nuestras dos soledades para formar una soledad conjunta o, dicho de otro modo, una compañía perfecta.
Después llegó la noche y como ya estábamos unidos por la soledad de ambos nos hicimos compañía hasta el alba…
… y después, al amanecer, yo me fuí con mi soledad a las espaldas y tú te fuiste con la tuya a cuestas…
Ahora yo estoy otra vez solo y tú otra vez estás sola… hasta que volvamos a unir nuestras dos medias soledades y las juntemos en una sola soledad conjunta o, dicho de otro modo, volvamos a formar una compañía perfecta.
La próxima vez que os encontreis , no separaros más , asi no estaréis solos.
Besitoooooo
La soledad a veces es una gran amiga, las mejores creaciones vienen siempre despues de haber estado bien acompañado de una musa, cuando esta se va nuestro sentimiento de soledad explota y nos hace sentir lo vivido.
Me gustó mucho tu texto.
Un abrazo compañero.