Somos tal como nos presentamos a través de nuestros mensajes que ya no necesitan arrojarse al mar metidos en botellas. Es mejor escribirlos sobre las crestas de las olas. Alli, en lo alto de las olas, cuando vemos el azul del mar debajo de nosotros y el azul del cielo encima de nosotros es cuando de verdad somos existentes. Yo nací en Vorem hace tan sólo 6 años. Yo nací en Vorem para poder escapar del presidio de las Academias. Quizás se enfaden los editores que miran con lupa aumentativa lo pequeño que son los mensajes cuando decimos solamente “Dios gritó ¡paz!”. Pero a veces también podemos alargar nuestras fronteras dialécticas y construir un largo Coloquio donde nos podamos trasvasar sentimientos.
Quizás es mejor dormir sobre un sencillo sofá que en una mullida cama. Porque en el sofá (y no hablo para nada del sofá de los psiquiatras porque en ellos sólo somos mudo silencio escuchando teorías de complejos “extraños” a través de test “raros” y razonamientos “absurdos”. Hablo de esos sofás viejos a los que hay que ir fumigando, de vez en cuando, para que nuestros verbos se limpien de ausencias. Yo nací en Vorem y en estos 6 años de edad he tenido la ocasión de enviar miles de mensajes a veces al amanecer, otras veces cuando el sol ya ha aparecido… a veces bajo el sol ardiente y a veces bajo ese reflejo de luces de neón de las grandes ciudades o en los resplandores de las tormentas en humildes aldeas. A veces he escrito bajo la luz plateada d ela Luna y a veces he escrito sólo en el silencio de cualquier segundo de mi existencia. El caso es que mis dedos no se dejan de mover. ¿No sé qué dirán de esto los psiquiatras de los sofás esterilizados con insturmental para cortar y recortar ideas y acomodarlas a las teorías escritas en los resultados ya conocidos de sus famosos test. La verdad es que mis verbos nacen en el único test que de verdad me resulta interesante: saber cuánta capacidad de verbos podemos expresar en un sólo texto sea cual sea su longitud. Por eso escribi el verbo “gritar” en aquello de “Dios gritó !paz!”. y no me interesa que me tengan o no me tengan en cuentan los del Récods Guinnes. No me importa que consideren a Benedetti más perfecto que yo. La verdad es que a mí los dinosaurios no me gustan mucho para escribir un cuento a no ser que sea para demostrar que fueron habitantes de la Tierra. Es mucho mejor que no me asignen ningún lugar en el libro de los Récords no vayan a enfadarse demasiado los señores de las Academias y se les vaya a ocurrir la fatal idea de llamarme a ocupar uno de sus viejos sillones afelpados de ilustres lamparones de pluma estilográfica y bellas letras ornamentales. No. Yo nací en Vorem hace sólo 6 años. Quizás por eso los académicos encuentren tantos fallos en mi manera de escribir. Pero un profesor sabio me dijo de pequeño que no me preocupara; que yo ya era escritor con las simples redacciones escolares. Ojalá a los de los Récords Guinnes les siga pareciendo una bobada los de “Dios grito !paz!” no sea que hasta Octavio Paz me retire su saludo… buieno… ya es de noche… quizás mañana un académico me señale por la calle con el dedo de los acusadores de haber osado batir a Mario Bemnedetti sin haberme dado cuenta. En fin. Es que escribiendo soy bastante despistado… y por eso Cervantes habla muchas nioches coinmigo a través de un imaginado Quijote que es la verdad de tantas horas pasadas escribiendo sobre hojas de papel como intentando combatir molinos de viento. Bueno. Un saludo a todos los voremios y voremias d eeste planeta llamado Universo.
4 comentarios sobre “Somos tal como nos presentamos…”
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Mi abuela materna: Digan lo que digan todos los académicos del mundO entero y todos los grandes señorones de los récords, resulta que tu relato “Jerusalén” no es sólo un relato totalmente completo sino que es el relato más corto de la Historia Universal de la Literatura. Si no lo quieren reconocer a mí, en particular, me importa un comino. Tu “Dios gritó ¡paz!” es un relato tan completo que sólo los envidiosos siguen diciendo que no has batido a Benedetti. No sólo le has batido sino que has pulverizado su récord. Y como soy clara, breve y concisa ahí va lo siguiente: A LA MIERDA LOS DEL RECORDS GUNINNES. He dicho. Porque no sólo lo has escrito sino que lo has explicado comn toda clase de argumentos literarios y con toda clase de detalles. Insisto: A LA MIERDA LOS DEL RECORDS GUINNES.
Gracias abuelita. A LA ÑORDA TODOS ELLOS.
Bueno a veces No lo somos! A veces somos más, menos de lo que escribimos y por eso es tan bello ese misterio de conocer a alguien por lo que escribe, que No lo cambiaría por nada. Bueno por algo talvez… Por conocer a cada voremio cara a cara para salir y ver su locura traducida en actos cotidianos. Mmmmm…
Y que mejor conocerse No en la sutileza ni apariencia de una salida divertida y soñada; sino que mejor que convivir con cada dolor y cada miserabilidad de cada compañero, es más de cada ser humano. Sólo en esa circunstancia se ama de verdad.
Soy Juanjo