!Cuánto deseo de estar vivo junto al precipicio de tu presencia tan sutil como el recóndito cariño de tu inacabable fuente amorosa!. La sed se me hace oficio para beber de tus labios alimentados de horizontes y hacia allá, hacia esos horizontes continuos, camino con las horas del congraciente encanto al igual que la sinfonía del suspiro se va elevando hacia la cumbre. Y me ajusto a tu diario alimento como un acto astral lleno del sentido de la existencia.