Soy como un río, alegre, dulce, desbocado.
Soy como un río que arrastra lo que encuentra a su paso.
Baño praderas, veredas y campos
moldeando los cantos de las piedras de mí camino.
Soy como un río,
inundo casas, pastos, puertas y corazones
desbordándome por las laderas
a la vez me torno suave
regando árboles y sus frutos
me adentro en los corazones de los amantes
que fijan sus ojos en mi al anochecer
cobijándose en las sombras que me rodean.
Soy como un río tierno y cristalino
me deslizo suavemente, dócilmente
estancándome en los meandros,
silenciándome en una roca.
Soy el río que baja por las riberas,
por las calles, las praderas
cantando a mí paso entre pueblos,
valles y fronteras.
Soy el río que porta las aguas
que mansa las conciencias.
Soy el río que se adentra en el océano
uniéndome a él en sus aguas
callándome para siempre,
mi canto se une al de otros ríos
que bajan caudalosos hasta el ancho mar
donde conformaremos entre todos
una sola melodía que entrelazada en las olas
llegará a otros horizontes.
¡Vaya! Yo tu poesía la usaría para enseñar en un colegio algo sobre los ríos jaja. Muy bonito, gracias.
Conozco bien esos horizontes, amiga Wersi. Y son en ellos donde he aprendido lo que tú misma dices en tu poema. Es cierto. Los río van a dar a la mar y allí es el crujir… (algo parecido a lo que dijo el marqués de Santillana u otro poeta de su misma época en “Cartas a la memoria de mi padre”.
Gracias Diesel, estoy encantada de que te haya gustado
Pues si algo aprenden con ello ya me doy por satisfecha…jajajaj. un beso Ismael