Escúchame ahora, corazón,
no me escuchabas cuando te advertía
no querías entrar en razón,
“es un pozo sin fondo”- te decía,
y tu respondías- “este no es tu labor”;
y te lanzaste sabiendo que no volarías
que nunca conseguirías su amor,
te advertí que llorarías
pero eso no te causaba temor
si tenías que sufrir eso era lo que querías,
y ahora ¿que me dices, corazón?
¿sirvió de algo tu valentía
ahora que todo te sabe a dolor?
sabías que en tu caída me arrastrarías
pero tu nunca pensaste en los dos,
te dije que esto nos mataría
y ahora te guardo un profundo rencor
porque en ese momento en que tu te partías
yo me retorcía y enloquecía de dolor,
y aun intentas volar, jamás te rendiras,
escúchame,soy tu mente, he perdido tu control,
intentalo, se que escucharás algún día
que dentro de este pozo no hay salvación
pero aun nos queda vida
¿que me dices a esto corazón?
“Pensé que tu me entenderías,
que aprobabas mi pasión
aunque no era eso lo que decías,
ahora puedes acusarme de traición
porque sentí como sufrías
el día en que me partió en dos
porque sentí como enloquecías
pero lo que busco no es tu perdón,
se que no hay salida
que estoy en una prisión
sabía que jamás me querría
y aun así le dí todo mi amor
sabía que el dolor nos quemaría
pero en esto yo decido,
porque yo soy TU CORAZÓN.
El corazón es siempre así, Sama. Actúa muchas veces sin oír sino movido por el ritmo galopante de sus latidos. Tu poema es un canto bello a esa sinrazón de la razón. Lo veo completo. Excelente.
Un hermoso poema digno de un corazón valiente, cuando te entregas sin medida puedes perdelo todo o poner el mundo a tus pies.