Subsuelo

Una noche más, en la que el sueño no duerme y las sombras felinas se posan sobre las vulnerables paredes blancas del pensamiento.
Laberinto de calles que caen rodando, resbaladizas, hacia las orillas echadas a la mar del perfil, marcado por escenas no acontecidas, inexistentes todavía, latentes más allá del futuro.
Resuena el eco interior, cavidades cenicientas, en otro tiempo atrapadas entre llamas que no cesaban de arder, avivadas por el fulgor de una hoguera existencial. La madera de la sinrazón como el fogonazo de pólvora disparado, huía hacia los adentros más arrinconados, donde no podía llegar más que la ceguera de la incertidumbre.

Ha penetrado la maldición con ojos de espanto, simple evasión para esta fatal interpretación…piel con disfraz de natural engaño, esconde un final que el brujo adivino, apesadumbrado, su mañana oscureció para siempre. Alma que busca el exilio con noble látigo. Orden de autodestrucción, armas en la mente, explosivos detonantes, heredero de un ritual de posesión, olvidado en el lecho del desprecio. Pronto acabará su locura, se hundirá en el agujero profundo, en el límite existen las raíces junto al pozo que conduce a la eternidad y allí en su propio subterráneo, permanecerá clavado.

Abril 1997

2 comentarios sobre “Subsuelo”

  1. En ese subsuelo tan brillantemente (como siempre describes tus sentires) que has expuesto a la luz pública se descubre un tremendo fogonazo que ciega a la sinrazón y despierta a la conciencia. Tu subuelo, Kim, me transporta a esa eternidad del movimiento (yo creo que el movimiento es la eternidad) con que leo tu texto mientras hace que me desprenda un poco más de las raíces anquilosantes. Tu texto me libera y me da nuevas alas para pensar dentro del límite de lo sin límite. Pronto acabarán todas las locuras y saldremos todos los humanos del pozo hacia la superficie. En Vorem ya ocurre este hecho.

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