Desde finales de los años 50 el rock tomó una dimensión extraordinaria. Grandes músicos de color llenaban las listas con sus canciones repletas de ritmo (ahí nació el rock and roll). Chuck Berry arrasó con todos al componer el famoso “Roll Over Beethoven” que tantas y tantas versiones distintas conocería en el futuro. The Beatles popularizaron todavía más la canción y, en este momento, recuerdo parte de la letra:

“Hay un disco de rock que quiero que me ponga.
aunque mi alma sigue cantando “blues”.
Apártate Beethoven, y cuéntale la noticia a Tchaikovski”.

Es obvio que Chuck escribía en un tono un poco humorístico y pretencioso al decir que su canción iba a dejar de lado a dos genios como Beethoven y Tchaikovski, pero hay algo en el tono distendido de la canción que nos hace ver que él estaba contento con lo que hacía y feliz con sus “blues”. Contento con el papel que la historia le había asignado, y feliz por poder vivir de aquello que más le gustaba: la música.

A mí me encantaría saber qué haces, quién eres, cuáles son tus sueños. Me gustaría estar a tu lado y decirte que merece la pena lo que haces y tu trabajo (aunque creas que no tiene importancia) está encaminado a ayudar a otros y a realizarte a ti mismo o a ti misma. Que se aparten Beethoven, Tchaikovski y todos los demás, porque lo que hay en tu corazón es lo más hermoso de tu vida, por eso tú eres especial y no deberías olvidarlo nunca.

No te juzgues por las “trascendencias” que los demás le dan a lo que haces. La canción de Chuck sería exactamente igual aunque pocos la hubiesen conocido. La clave de la vida es ser feliz con lo que nosotros mismos hacemos. Nadie puede juzgarnos por eso.

No es importante saber si tienes mucho o tienes poco, sì eres más o menos famoso o famosa; lo importante es que eres tú. Porque tu propia vida se enriquece gracias a ti mismo o a ti misma.