Que pueda tenerte la ocasión
de siempre verte en el sendero
de las cosas turgentes del recuerdo
y el hambre de poseer tu ansia.
Que pueda sentirte por adentro
del lado de la vida sin distancia.
Que pueda morder la blanca luna
de tu pecho nombrado en la penumbra
y que allí donde la luz alumbra
te pueda saciar de mil lamentos.
Tormentos
en la calma de las nubes vaporosas
porque soy así y nunca cambio
que para hacer de mi vida un recambio
necesito la luz de un farol.
Y yo te tengo farola encendida
en la puerta de los besos y el corrido
como trozo de cuerpo recorrido
de la vida brava y sin razón.
(Diesel, 14 de marzo de 2008)
Grande tango. Le estoy poniendo música mentalmente.