El Tiempo Intensivo siempre es una parte alícuota del Tiempo Extensivo; en otras palabras, siempre está contenido dentro del Tiempo Extensivo. Lo que le diferencia es que el Tiempo Intensivo no tiene características de realtividad sino que es absoluto. ¿Por qué digo esto?. Porque el Tiempo Intensivo es quel tiempo que hemos vivido con tanta intensidad que ha dejado su huella dentro de nuestra memoria y lo recordamos o bien directamente o bien a través de referencias que vamos encontrando en la vida.
Lo más importante de la vida vital en la Tierra (vuelvo a insistir que también hay vida vital más allá de la muerte) no es lo extensa que haya sido ésta sino la intensidad con la que la hayamos vivido. En ese sentido el Tiempo Intensivo nos marca y nos deja huella… y por eso a veces es positivo y a veces es negativo. Lo que nunca es el Tiempo Intensivo es neutro (como sí lo es el Tiempo Extensivo).
El Tiempo Intensivo es, por poner un ejemplo, como fotografías mentales o secuencias de fotografías mentales que recordamos o bien directamente o bien ante sucesos que nos hacen rememorar ciertas experiencias más o menos intensas.
El tiempo Intensivo está lleno de anécdotas a veces alegres, a veces tristes, a veces ni alegres ni tristes… pero siempre están presentes de manera explícita o de manera implícita en nuestra memoria.
Muchas veces no recordamos algunas cuestiones intensas que hemos vivido pero al pasar por algún lugar, al escuchar alguna conversación ajena, al introducirnos en cirtos lugares, al oler ciertos aromas, al recurrir a nuestros recuerdos, etcétera, nos viene a la memoria ese Tiempo Intensivo que produjo el suficiente impacto en nosotros y nosotras porque fueron significativos (en sentido positivo o sentido negativo) para nuestras vidas.
Del Tiempo Intensivo es de donde podemos sacar una frase como la que escribió Pablo Neruda: “Confieso que he vivido” al escribir sus memorias. Si tuviésemos que escribir todos nosotros o todas nosotras nuestro libro de Memorias, sólo recogeríamos en dicho libro el Tiempo Intensivo que recordamos, porque son los momentos que dejaron huella y nos marcaron un carácter, una forma de ser, una forma de vivir, una forma de coger experiencias…
Podríamos seguir hablando mucho más del Tiempo Intensivo pero termino diciendo que es el que nos da la verdadera complejidad de nuestra personalidad humana.
En la próxima entrega hablaré del Tiempo Eterno que, insisto, es una parte muy importante de lo que llamo, como título de mi libro, Tiempo Vital.