Tiempo Nominativo

Dentro de las diversas categorías en que estamos subdividiendo al tiempo vital de los seres humanos, hoy voy a aclarar lo que yo defino como Tiempo Nominativo. Antes de entrar en la definición propiamente dicha es necesario saber lo que significa nominar. Según el Diccionario de la Lengua Española de la Editorial Marsig, S.A., nominar (que es sinónimo de nombrar) es decir el verdadero nombre de una persona o de una cosa y, por extensión, de una acción humana. También podemos decir que nominar (sinónimo de nombrar insisto) es hacer mención particular, generalmente honorífica, de una persona o cosa y, por extensión, de una acción humana llamada hazaña. Dejemos ahora de lado esta segunda definición y continuemos con la primera.

Si nominar consiste en llamar a las personas que conocemos y/o a las cosas que hacemos por su verdadero nombre entonces empezamos a comprender ya lo que yo llamo Timepo Nominativo vital y que no es otra cosa sino decir las cosas que vivimos por su verdadero nombre y no utilizando falsos eufemismos. Aclaro que hay dos clases de eufemismos: los verdaderos y los falsos. Eufemismo verdadero es, según el Diccionario antes citado: “forma de expresar con suavidad y decoro ideas cuya firme exposición sería malsonante”. Así, por lo tanto, debemos hacer un inciso en la exposición argumental y saber distinguir entre eufemismo y falso eufemismo.

Si vivimos una experiencia y tenemos el valor humano de definirlo con un eufemismo verdadero estamos viviendo un Tiempo Nominativo positivo; pero si tenemos la cobardía de definirlo con un falso eufemismo (cosa que hacen muchos ideólogos por ejemplo) entonces estamos viviendo un Tiempo Nominativo negativo. ¿Cuál es la diferencia entre ambos?. Fácil. Sólo es necesario poner un poco de atención a nuestra propia personalidad.

Cuando un ser humano vive experiencias con eufemismos verdaderos podemos decir que tiene una personalidad bien pronunciada; mas si un ser humano vive unas experiencias y las expresa con falsos eufemismos (que, repito, lo hacen muchyos ideólogos) entonces podemos decir que se trata de un ser humano con personalidad vana, vacía e inocua.

El Tiempo Nominativo (dentro de la categoría general del tiempo vital) es, en realidad, una pérdida de tiempo cuando es negativo. Sólo cuando el Tiempo Nominativo se vive dentro de las causas de la sinceridad es cuando podemos decir que hemos vivido un tiempo provechoso. Existen personas que se pasan toda la vida perdiendo Tiempo Nominativo hasta llegar a diluirse y convertirse en personas sin ninguna clase de personalidad. ¿Creéis que es necesario vivir esa clase de impersonalidad?. La personalidad debe ser siempre un proceso que nos va desarrollando, cuando las bases formativas son firmes, en forma progresiva y ascendente.

En definitiva, Tiempo Nominativo es el conjunto de aquellas experiencias vividas que nos proyectan hacia un futuro personal e intransferible bien equilibrado cuando no se usan falsos eufemismos ocultadores de la creación de esa personalidad acumulativa que tantos los hombres como las mujeres deberían tener. El mundo de la comunicación social e interpersonal está, en muchos casos, lleno de falsos hombres y falsas mujeres porque viven su Tiempo Nominativo escondiendo sus verdaderas intenciones envueltas en falsos eufemismos para engañar a todos aquellos y todas aquellas con los que se relacionan. Esas personas, al final, fracasan totalmente. Porque un falso eufemismo no puede mantenerse durante mucho tiempo debido a las múltiples contradicciones que presenta y son visibles en muy poco tiempo.

Si el que desea llamar pan al pan lo llama, por ejemplo (y para no escribir una palabra malsonante) albaricoque… y cuando desea llamar vino al vino y, por ejemplo (y para no escribir otra palabra malsonante) lo llama vinagre… estamos ante un ser humano que vive su Tiempo Nominativo de manera negativa para aparentar una personalidad que le falta.

Cuando se posee personalidad positiva es cuando no es necesario explicar nuestras conductas vitales sino con palabras decentes (y no como hacía, por ejemplo, Camilo José Cela) ya que, al emplear palabras indecedentes fuera de tiempo y de lugar (como, insisto, hacía Camilo José Cela) sólo se muestra una carencia de personalidad que, precisamente por eso, se aparenta usando palabras indecentes. Entramos en el párrafo final.

El Tiempo Nominativo lo debemos de vivir todos y todas de manera inexcusablemente. Sólo depende de si somos o no somos seres humanos en completo y continuo desarrollo evolutivo progresista y ascendente o sólo somos seres humanos detenidos en esa fase infantil que los psicólogos denominan como fase fecal (que es lo que sucedía, por ejemplo, con el citado Camilo José Cela).

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