Entre las divisiones y subdivisiones que hemos analizado sobre el cómputo general llamado tiempo vital; el Tiempo Productivo es aquel que se deriva de las acciones que realizamos, en algunos momentos transcendentales (e insisto en que me refiero a acciones transcendentales para nuestro futuro) que nos producen placer. Hablemos, pues, del placer como componente fructífero y productivo de nuestro tiempo vital.
Los placeres del Tiempo Productivo no tienen absolutamente nada que ver con lo que algunos, eufemísticamente, llaman “placeres vitales” cuando sólo son acciones perdidas en esa “nadería” (y este no es un neologismo pues es palabra que viene en los diccionarios y que se deriva de “nada”) con las cuales algunos se enredan en situaciones que nada de productivo aportan a sus vidas.
Teniendo en cuenta esta clara definición de lo que es el Tiempo Productivo resulta que es lo contrario; o sea, los verdaderos placeres de la vida son, por ejemplo, tener una sola esposa; tener amigos y amigas de los de verdad, tener compañeros y compañeras sinceros que respetan tus ideas, etcétera.
Pues bien, en este contexto de una sola esposa amorosa, de los amigos y amigas de verdad y de los compañeros y compañeras sinceros que respetan tus ideas, es donde podemos producir, si no equivocamos nuestro camino, nuestros verdaderos placeres pertenecientes a lo que yo llamo Tiempo Productivo.
Quizás los psicólogos y las psicólogas elaboren cantidades inmensas de libros dando vueltas y más vueltas a este concepto (si es que esto del Tiempo Productivo se puede considerar un concepto pues yo digo que más que concepto es forma de vida) pero es que muchos, con tal de querer demostrar que son más inteligentes porque poseen un título de alta graduación, cometen las estupideces de apoyar los “placeres alegres” en lugar de los placeres sanos.
Son los placeres sanos y no los “placeres alegres” (puro eufemismo negativo esto último) los que dan la verdadera alegría a nuestro tiempo vital ya que son momentos transcendentes que demuestran que tenemos verdadera personalidad y no personalidad simplemente aparente. Porque no somos muñecos “de paja” que se desmembran según el capricho de las falsas queridas, los falsos amigos y falsas y amigas y los falsos compañeros y falsas compañeras.
Volvamos al plano meramente didáctico. Tiempo Productivo no debe confundirse con Tiempo de Ocio que a veces pertenece a esta clase de Tiempo Productivo y otras veces pertenece, como dije hace meses, al Tiempo Emergente negativo; porque depende de cómo estemos aplicando nuestro Tiempo Productivo (parte intrínseca del Cuerpo Emergente) para saber si es positivo o negativo. El Tiempo Productivo negativo es lo que los sociólogos conocen como Tiempo de Masas sin personalidad firme mientras que el Tiempo Productivo positivo pertenece a la persona individual que tiene personalidad propia y bien definida; aunque viva dentro de la comunidad a la que pertenece y con la que participa plenamente y se comunica continuamente.
Si lo comparamos con el agua, por poner un ejemplo claro y sencillo de comprender, el Tiempo Productivo positivo sería el agua potable que sirve para beber, mientras que el Tiempo Productivo negativo sería el agua reesidual y fecal que sólo sirve para desembocar en las cloacas.
El Tiempo Productivo, por lo tanto, puede darnos una personalidad si sabemos vivirlo o nos puede hundir en la “masa” amorfa de los tantos desequilibrados psicológicos y patológicos (frenópatas sociales) que existen hoy en día. Los locos de verdad (los verdaderos locos) se permiten lia ignorancia (porque además de locos son ignorantes) de llamarnos locos a nosotros y a nosotras. ¿De qué os estoy hablando?. De esa “masa” impersonal que vive Tiempo Productivo llamado “de los placeres mundanos” cuando no tienen nada de placer en la realidad, salvo su apariencia.
En fin. Podemos tambier enfocar el tema desde unn punto de vista existencial (que no existencialista de cuya palabra huyo totalmente como si del Diablo se tratara porque tiene tantas contradicciones que solo es una absurda locura). No. Yo no me refiero para nada al tiempo del que hablan los existencialistas que hacen de la existencia sólo una red de ideologías ficticias, contradictorias e invivibles, sino de una existencia que no nos produce crisis psicológicas ni problemas sociológicos (cómo sí sucede con los existencialistas). Desde el punto de vista existencial el Tiempo Productivo positivo (el que se vive de manera trascendental de forma sana y libre) libera; libera totalmente de las crisis de personalidad y de las enajenaciones mentales como les ocurría la epicúreos de la Antigígüedad Griega que defendían la descabellada idea de : “modo de vida que se basa en dejar la política y buscar la indiviudalidad y la felicidad individual en una busca del placer por el placer y defendiendo umn egoísmo que busca el placer exento del dolor”.
Esta ideología de Epicuro de Samos (que no deja de ser una ideología más) defiende la tremenda barbaridad de intentar eliminar al individuo su parte política que todo individuo posee (porque los seres humanos somos todos “per se” políticos y eso no es malo sino todo lo contrario; además de decir hipócritamente que no existe el dolor cuando todos sabemos que es precisamente cuando conocemos el dolor el momento exacto y preciso en que estamos preparados para conocer lo que es la felicidad. Epicuro de Samos habrá pasado a la historia como un gran filósofo y pensador cuando en realidad era un ser egoísta, individualista (que no pensaba para nada en el bien común) y más hipócrita que el mismísimo Hipócrates de Quíos, que se pasó toda su Tiempo Productivo en encontrar la solución a algo tan intranscendente como la “cuadratura de la lúnula” (o sea la cuadratura del triángulo) que no sé que tiene que ver con el Tiempo Productivo sano y verdadero. Y es que de la inmensa cantidad de filósofos y matemáticos de la Antigua Grecia (a la cual adoran tantos ingenuos como un tal Agustín que conozco yo) no eran más que “personajillos” perdiendo el tiempo en ocsas intranscedentes para el tiempo vital.
Terminemos enfocando al Tiempo Productivo desde el punto de vista espiritual (que es el punto más importante del tema). Yo lo enfoco dentro del verdadero Cristianismo no religioso. En este sentido el Tiempo Productivo es totalmente positivo, sano y libre de toda clase de complejos y complejidades ideológicas, filosóficas o matemáticas. En este sentido el Tiempo Productivoe es un tiempo artístico que nos introduce en la espiritualidad cristiana que algunos creen mística cuando de mística no tiene absolutamente nada. ¿Pensáis que estoy hablando de Religión?. Si pensáis eso os equivocáis. Si pensáis eso estáis en un error grandísimo. Estoy hablando del Tiempo Productivo vivido a través del Espíritu Santo.
Así que, para terminar, el Tiempo Productivo negativo (si es que es productivo de verdad) no existe, pues no puede ser productivo y negativo a la vez (sería una contradicción sin sentido). El Tiempo Productivo sólo puede ser positivo porque ¡, por definición, es productivo. El otro, el que yo llamo negativo, sólo es el eufemismo con que lo llaman los que viven vidas desastrosas. No. No existe el Tiempo Productivo negativo (por eso os he llevado hasta esta conclusión partiendo de una hipótesis falsa para encontrar la hipótesis verdadera).
En fin que los famosos “vividores” de los “placeres por el placer” son sólo fantasmas que nos quieren hacer creer que son felices pero que, cuando salen a relucir sus vidas, sólo son desgraciados en su totalidad. Sin duda aquello de los “felices años 20” no dejó de ser más que una “mascarada” para ocultar la verdad de las vidas de quienes los vivieron; así como la falsedad de los célebres años 60 que fue también una mascarada de muchos. Es cierto que en ambas épocas hubo muchas personas felices pero no precisamente los que alcanzaron la fama y el éxito sino los que de verdad vivieron su felicidad, tanto en grandes ciudades como en pequeños pueblos, ocupados en Tiempo Productivo sano y coherente. Más claro agua. Al pan pan y al vino vino y con esto termino mi libro “Divisiones y Subdivisiones del Tiempo Vital”.