You must remember this
A kiss is just a kiss, a sigh is just a sigh.
The fundamental things apply
As time goes by.

El mar se siente como un susurro lento, cadencioso, dentro de uno mismo, marcando como un natural tictac el paso del tiempo. Las olas llegan inexorables a la playa y lamen una y otra vez el tiempo en sus arenas. Camino lentamente por la orilla de la inmensidad del tiempo. Es en estos sitios cuando uno se hace consciente del transcurso de la vida, del paso del tiempo y de la muerte.

Parado en frente de la inmensidad del tiempo que es el mar, pienso en lo que ya caminé, mientras espero a que Mirta que me alcance en nuestro pequeño paseo vespertino.

No reniego de nada, la vida hay que vivirla tal y como viene, arrepentirse de algo, una vez que ya pasó, es muy inútil.

Miro como Mirta viene hacia mí como la primera vez. Tuve suerte en encontrarla. ¡Ser el hombre más afortunado no me costó nada! Ella vino a mí caminando. Ahora, más que nunca, recuerdo aquella primera vez, cuando vino a mi – hará de esto unos cuarenta años – atravesando aquel jardín de flores en primavera y ¡me preguntó la hora! ¿cómo no caer rendido de amor cuando una muchacha tan linda como ella te pregunta la hora? Creo que le respondí – ¡Si, quiero! y hasta ahora, siempre hemos estado juntos.

Mirta se acerca. Cuando llega a mi lado la rodeo con el brazo y ella me rodea la cintura. Nos alejamos abrazados.

Tenemos que apresurarnos.
Si, parece que tiene que llover.
Lloverá.

* Nota de autor : un relato un poco corto, pero sirvan las ganas de volver a navegar por las costas Vorémicas tras una larga ausencia.