Tras la ventana de mi corazón
hay vientos de savia verde
que crecen junto al girasol…
una niebla de invierno que enciende
la sangre del diapasón
en que siempre se mueve
esta rara sensación
de sentirse cómo pierde
las hojas el caparazón
del árbol cuya simiente
se expande con mi canción.
Tras la ventana verde
se moja mi corazón
de espesas gotas inermes
que me dejan la sensación
de ser sólo un tenue
sueño de acordeón.