Tener un corazón pesado, como todo, tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Con un corazón pesado todo pasa más despacio: se tarda mucho en entrar en un corazón pesado y también se tarda mucho en salir. Un corazón pesado puede con la cabeza y con la polla, debe ser por la cantidad de sangre que contiene. Un corazón pesado da mucho que pensar y lo que es peor, es difícil ignorarle.
Por el contrario un corazón pesado es capaz de amar, de querer con mucha intensidad, si bien no con mucha facilidad. Es, selectivamente, muy generoso. Llevarlo es complejo, pero así mismo una responsabilidad y a la vez un orgullo.
Un corazón pesado… qué bonito, Alberto. No a todo el mundo le pesa lo mismo, porque no todo el mundo lo tiene tan grande.
Si realmente es una responsabilidad pero de verdad crees que es un orgullo. Cierto que no es lo mismo uso que abuso y que darse de corazón cuesta pero porque seleccionar tanto? Aunque no te lo parezca a lo mejor mientras entra despacio ya estas utilizando el verbo amar porque creo que nuestro problema no es la intensidad si no la intimidad. Me encanta tu forma de escribir.